Aunque sus vecinos huían despavoridos apenas las veían, Idhajher Ambrahaj se acostumbró a tenerlas cerca e hizo de las serpientes cobra sus más queridas mascotas. Llegó a tener veintitrés de estos animalejos cuando las autoridades de la India intervinieron su vivienda con el propósito de librarle del enorme peligro que representaban, y por supuesto a sus vecinos.
Uno de los reptiles reposaba plácidamente sobre una alacena y otro, en una silla. Otros cuantos estaban en resquicios que el hombre pudo identificar rápidamente. "Son inofensivas", argumentó al agente que le instaba a sacarlas de su escondite.
Fue la primera amonestación que recibió oficialmente. Tras ponerse al día con las autoridades en el pago de una multa, volvió a reunir un buen número. Las amaba. Eran sus compañeras. Sentía que, a su lado, nada malo podría ocurrirle. Las personas transitaban varios metros distantes de su casa. Nadie quería encontrarse con una desagradable sorpresa.
Una mañana lo encontraron muerte. Había sido mordido por una cobra. Como vivía solo no hubo quien lo auxiliara. Al parecer y mientras dormía, dio vuelta en la cama y cayó sobre uno de las peligrosas víboras.
Jugando con el peligro
Los cristianos que asumen principios y prácticas de la mundanalidad, están jugando con candela. Son muy similares a Idhajher Ambrahaj y las serpientes a las que convirtió en mascotas. Temprano o tarde pagarán las consecuencias.
El apóstol Pablo lo expresó así en su carta a uno de sus más cercanos colaboradores acerca del estado de alerta en que deben mantenerse los cristianos a fin de que "...se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad" (2 Timoteo 2:26. Nueva Versión Internacional).
Satanás es hábil para mostrarlos el lado atrayente del pecado. Es como una peligrosa víbora: nos va enredando en las prácticas de maldad hasta que, cuando descubrimos en qué situaciones nos hemos involucrado, puede ser demasiado tarde.
Usted está llamado a permanecer asido del Señor Jesucristo en todo instante. Solamente con su fuerza y poder podrá vencer las tentaciones y permanecer despierto para superar los engaños que nuestro enemigo espiritual tiende a nuestro paso.