HAZ INCAPIE EN LA RECONCILIACION, NO EN LA SOLUCION
“Esforzarnos por vivir en paz unos con otros” (I Pedro 3:11).
No es realista esperar que todos nos pongamos de acuerdo en todo. La reconciliación se enfoca en la relación, mientras que la resolución se enfoca en el problema. Cuando nos concentramos en la reconciliación, el problema pasa a un segundo plano de importancia, se puede trabajar en una solución de equipo o termina volviéndose irrelevante.
Podemos restablecer una relación incluso sin haber podido resolver nuestras diferencias. Los cristianos solemos tener, con toda legitimidad, desacuerdos francos y opiniones distintas, pero podemos discutir sobre estos temas sin ser desagradables. El mismo diamante, visto desde diferentes ángulos, se ve distinto. Dios quiere la unidad, no la uniformidad, y podemos caminar juntos y en armonía sin necesidad de ver todas las cosas de la misma forma.
Eso no quiere decir que debamos desistir de encontrar una solución. Puede ser necesario que continuemos discutiendo y hasta debatiendo, pero siempre en espíritu de armonía. La reconciliación consiste en enterrar las armas, no el asunto.
¿A quién debes contactar después de leer esto? ¿Con quién necesitas restaurar el compañerismo? No lo postergues ni un segundo. Haz una pausa ahora mismo y conversa con Dios en persona. Luego, toma el teléfono y comienza el proceso. Este paso no es sencillo, ni fácil. Restaurar la relación exige mucho esfuerzo. Por eso el Apóstol Pedro nos recomienda “esforzarnos por vivir en paz unos con otros” (I Pedro 3:11). Cuando trabajas por la paz, estás haciendo lo que Dios haría. Por eso Dios llama pacificadores a sus hijos.
Gloria A. Florez-Ceballos
Igesia Movimiento de La Verdad - Charlotte, NC - Worcester, MA