El Evangelio de Hoy LUNES 07 DE MARZO 2011
IX Semana del Tiempo Ordinario
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
Primera Lectura
Tobías 1, 3; 2, 1-8
Yo, Tobit, seguía el camino del bien y de la justicia todos los días de mi vida y daba muchas limosnas a mis hermanos, los judíos que habían sido deportados junto conmigo a la ciudad de Nínive, en Asiria. Durante el reinado de Asaradón regresé a mi casa y me devolvieron a mi esposa, Ana, y a mi hijo, Tobías. En Pentecostés, que es nuestra fiesta de acción de gracias por las cosechas, me prepararon una gran comida y me dispuse a comer. Cuando me trajeron los platillos y vi que eran tantos, le dijo a mi hijo Tobías: «Ve a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres, cautivos en Nínive, que tenga puesta en el Señor toda su mente y todo su corazón, y tráelo, para que coma conmigo. Yo te esperaré hasta que vuelvas». Tobías se fue a buscar a algunos de nuestros hermanos pobres y al regresar, me dijo: « ¡Padre!». Yo le respondí: «Dime, hijo». El prosiguió: «Asesinaron a uno de nuestro pueblo: lo llevaron a la plaza, lo ahorcaron y ahí está todavía». De un salto me levanté de la mesa, sin probar bocado, y llevé el cadáver a una casa, hasta que el sol se ocultara y lo pudiera sepultar. Volví a mi casa, me lavé y comí con lágrimas mi pan, recordando las palabras que el profeta Amós pronunció contra Betel: Todas las fiestas de ustedes se convertirán en llanto, y todas sus canciones, en lamentos. Y rompí a llorar. Cuando el sol se metió, fui, cavé una fosa y lo enterré. Mis vecinos se burlaban de mí y me decían: «Este hombre nunca va a escarmentar. Ya una vez lo condenaron a muerte por este mismo delito, pero se escapó, y ahora sigue enterrando a los muertos».
Meditación
Tras exponer las eminentes virtudes de Tobit, el autor nos introduce en el gran misterio de su prueba. Como ocurre en el libro de Job, también aquí nos encontramos ante uno de los problemas más inescrutables de todo el AT: el sufrimiento del justo. Tobit había perdido todos sus bienes, y su mujer y su hijo, lo único que le quedaba, estaban en la cárcel (2,1). A pesar de todo, Tobit se comporta durante el destierro con la fidelidad de siempre. Da prueba de su gran misericordia compartiendo sus suculentos platos con los pobres. Más aún, enterado por su hijo de que hay un muerto en la plaza, se levanta rápidamente y se apresura a enterrarlo. Tras realizar esta obra, se lava, pues la ley manda purificarse cuando se ha tocado un muerto (Nm 19,11-20). Para colmo de males, después de esta buena acción viene la gran prueba: la ceguera. Su mujer, uniéndose a los vecinos que se burlaban de él, lo insulta como en el libro de Job: ¿dónde están tus buenas obras? (2,14). Lo mismo aquí que en el libro de Job, las frases más blasfemas aparecen en labios de las mujeres. ¿Debemos buscar la razón de tal hecho en las primeras páginas del Génesis, donde se nos narra que el mal entró en el mundo por culpa de ellas? En algunos libros de la Biblia se descubre cierta actitud de misoginia, por otra parte bastante explicable si se tienen en cuenta las discriminaciones de que la mujer era objeto en la sociedad de la época. «¿Dónde están tus limosnas y tus buenas obras? Ya ves lo que te pasa» (2,14). A los ojos del autor, estas palabras son tan blasfemas que se ve forzado a ponerlas en los labios más excusables, ya que son, según lo que le enseña la cultura del entorno, los más débiles y volubles. En realidad, se trata de «blasfemias» que oímos a diario... ¿de qué sirve hacer el bien? Las hemos oído tantas veces, que nos alcanzan sus salpicaduras. Todos somos muy débiles y vulnerables al mal y a cualquiera de sus salpicaduras. No es necesario que, para defendernos, lo carguemos sobre espaldas más sufridas. Nos basta defendernos con las palabras que el Señor nos ha enseñado en la revelación definitiva del NT: «... no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén». Esta lectura, en el contexto que nos presenta de la fiesta de Pentecostés, que para los Israelitas recordaba la entrega de la Ley en el Sinaí, pone de relieve que esta fiesta no solo se debe festejar, como nos los presenta Tobías, con una fiesta litúrgica y con un banquete sino ante todo “Honrando” la misma Ley. Este ejemplo de Tobías debería de tener para nosotros una relevancia capital ya que muchas veces sólo ponemos atención en los aspectos festivos de nuestra Iglesia, sin ir al fondo de lo que en realidad estamos celebrando. Las fiestas son importantes porque nos recuerdan y memorializan lo ocurrido en el pasado, pero si esto no se actualiza en nuestras vidas, todo queda solo en la exterioridad. El apóstol Santiago, tocando este tema de una fe solo vivida en los templos y en las fiestas litúrgicas, decía: Muéstrame tu fe sin obras que yo con mis obras te mostraré mi fe. Tobías arriesga su propia vida para enterrar a su compatriota aun y cuando esto pusiera en peligro su propia vida. Ir a misa los domingos y después en resto de la semana vivir como si no conociéramos a Dios, sin interesarnos de nuestros hermanos, sobre todo de los más alejados, significa que para nosotros la fe es solo una cuestión privada y desintegrada de mi vida. Jesús nos mostró con su ejemplo que una fiesta sin caridad no honrar ni a Dios ni a nadie. Hagamos de nuestras fiestas litúrgicas la ocasión para servir y amar a los demás. Que nuestra fe se muestre en toda nuestra vida.
Salmo 112(111),1-2.3-4.5-6.
¡Aleluya! Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será fuerte en la tierra : la posteridad de los justos es bendecida. En su casa habrá abundancia y riqueza, su generosidad permanecerá para siempre. Para los buenos brilla una luz en las tinieblas : es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre.
El Evangelio de hoy
Marcos 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: "Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero. A su tiempo, les envió a los viñadores a un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles a otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron. Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: 'A mi hijo sí lo respetarán'. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: 'Este es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra'. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña. ¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?" Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.
Reflexión
« Yo soy la verdadera vid »
Jesús utiliza la alegoría de la viña, frecuente en os profetas, para designar al pueblo de Dios. ls 5,1ss es uno de los pasajes clásicos. La parábola evangélica refleja la situación social de la época, El país estaba dividido en enormes latifundios, cuyos propietarios eran extranjeros en su mayoría. Éstos, al encontrarse lejos, se veían obligados a tratar con los viñadores por medio de sus servidores o de su hijo. Los campesinos galileos o judíos que explotaban en alquiler esas tierras, influidos por los zelotas, los odiaban vivamente El asesinato del heredero era una forma de entrar en posesión de la tierra, puesto que la ley concedía los terrenos libres al primer ocupante. Pero los viñadores de la parábola se equivocan: el propietario vendrá a tomar posesión de su propiedad y se la confiará a otros. El sentido inmediato de la parábola es claro. Se trata de la triste historia de la viña-Israel; el dueño es Dios; los arrendatarios son los jefes del pueblo judío, que, en lugar de estar al servicio del pueblo y procurar que produzca frutos de justicia y fidelidad para Dios, lo estrujan para sacarle toda clase de beneficios materiales y sociales. Los criados enviados son los profetas que reclaman a los guías y al pueblo frutos de solidaridad justicia y ayuda al pobre. El hijo enviado como instancia suprema es Jesús. Y el castigo, además de la destrucción de Jerusalén por Tito, la entrega del Reino a otros, es decir, la admisión de las naciones paganas en el Reino de Dios. Los sumos sacerdotes y los fariseos han captado inmediatamente la alusión directa, y su reacción muestra lo que Jesús preanuncia en la parábola: “Intentaron echarle mano, pero temieron a la gente”. Jesús nos invita a darnos cuenta de la ceguera que puede haber en nuestros ojos cuando uno no se abre a la acción poderosa del Espíritu. Pero más aún lo aferrado que aún podemos estar a pesar de haber visto tantas maravillas que Dios nos ha mostrado en el acontecimiento Cristo. La envidia y el egoísmo son muy malos compañeros del hombre pues ciegan y entorpecen su entendimiento haciendo imposible para él el acceso a la verdad. Y esto no sólo referido a la palabra de Dios, sino a tantas situaciones de nuestra vida diaria. No permitas que la envidia o el egoísmo, dominen tu vida. Ejercítate en la humildad reconociendo siempre a los demás como mejores que tú y permite que la luz del Espíritu ilumine siempre tu actuar y pensar.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
ME COMPROMETO HOY
Dedicaré unos minutos de mi día a atender a quien yo sepa tiene necesidad de atención, consuelo, tiempo o palabras de aliento.
Padre bondadoso, que por medio de tu Hijo Jesús nos llamas a participar de tu misma vida divina, ayúdanos a ser dóciles a lo que el Espíritu Santo suscita en nosotros para que viviendo el evangelio como nos lo enseño tu amado Hijo, salgamos en ayuda de nuestros hermanos necesitados y los socorramos en sus penas, para que viviendo desde aquí fieles a Ti, podamos gozar después de la felicidad que nunca acaba. Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Por tanto. ID enseñad a todos las naciones,
Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Y les dijo: id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura < marcos 16:15>
“Los cristianos estamos obligados a utilizar los mejores medios de comunicación a nuestro alcance
en cada época para difundir el Evangelio de Cristo” ...
SEÑOR Bendice NUESTRA CASITA
Y Todo Aquel Que Esta leyendo Este Mensaje y su familia.
¡¡¡NO OLVIDES SONREIR ESTE NUEVO AÑO!!!
GRACIAS POR TU AMISTAD
FELIZ DIA.
Si deseas escribirme, hazlo a este correo.
Gracias
Hermes281955@hotmail.com
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