El Evangelio de Hoy MIERCOLES 09 DE MARZO 2011
Miércoles de Ceniza
IX Semana del Tiempo Ordinario
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
Primera Lectura
Joel 2, 12-18
Pero aún ahora -oráculo del Señor- vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos. Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad, y se arrepiente de tus amenazas. ¡Quién sabe si él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, su Dios! ¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho! ¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial! Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: "¡Perdona, Señor, a tu pueblo, no entregues tu herencia al oprobio, y que las naciones no se burlen de ella! ¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?". El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.
Meditación
Impresionado el auditorio por la descripción que hiciera el profeta de la plaga y su proyección escatológica, Joel cree llegado el momento de insistir en su llamamiento a la penitencia y a la conversión. A ninguna culpabilidad concreta alude. Pero ¿quien estará limpio a los ojos de Dios? En auténtica línea tradicional y profética, el gran promulgador de la solemne liturgia penitencial descubre el verdadero sentido de la misma: la conversión del corazón a través "del ayuno, llanto y luto". Lo que hay que rasgar son "los corazones y las vestiduras", por este orden. Nada nuevo añadirá el Nuevo Testamento a esta concepción de la penitencia. Jesús se hará eco de Joel cuando diga a sus discípulos: "Cuando ayunéis..." (Mt 6, 16ss). Dos palabras entran en juego en esta verdadera penitencia. El clásico imperativo "sub" = conversión, vuelta a Dios, ya que al pecado se le considera un alejamiento hasta el destierro y "de todo corazón", ya que esta vuelta no puede ser ocasional, interesada y menos aún ficticia. "De corazón" es lo que nosotros llamamos un firme y sincero propósito de la enmienda.
La conversión es una actitud permanente del cristiano. Es el esfuerzo del hombre por dejar su vida de pecado y unirse más íntimamente a Dios; es aceptar día con día la propuesta de Jesús de vivir conforme al amor, y dejar que nuestra vida sea conducida de manera total por el Espíritu Santo; es responderle al Padre, como María Santísima, con un "sí" diario a su amorosa voluntad, a pesar de que ésta no siempre se adecúa a la nuestra. Es como nos los dice hoy el profeta: regresar a Dios, como el hijo prodigo, que después de experimentar la miseria que produce el pecado en el corazón humano, deja que el amor misericordioso del Padre sane sus heridas y lo restablezca como hijo y heredero del Reino. Cuaresma, en definitiva, es un camino a recorrer que se presenta como una nueva oportunidad para avanzar y crecer en la santidad. ¡Aprovéchalo!
Salmo 51(50),3-4.5-6.12-13.14.17.
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable; Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza.
Carta II de San Pablo a los Corintios 5,20-21.6,1-2.
Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: Déjense reconciliar con Dios. A aquel que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por él. Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación.
Meditación
Al decir Pablo que "Cristo murió por todos", imagina rápidamente una objeción: ¿no mueren ya de suyo todos los hombres? ¿Como se entiende que la muerte de Cristo tenga ese carácter vicario y supletorio? Pablo contesta diciendo que Cristo, al morir por todos ha hecho posible que la vida humana supere el narcisismo moral en el que estaba encerrada, y pueda ya proyectarse a un polo extrínseco de atracción vital: "aquel que por ellos murió y resucitó". Como siempre en Pablo, la muerte de Cristo encuentra la eficacia en su apertura real a la resurrección. La "valoración del hombre" desde la perspectiva cristiana no puede, pues, hacerse ya a base de la mera "existencia carnal", o sea de la condición mortal y humana sin esperanza de resurrección. Al mismo Cristo no se le puede valorar únicamente como un héroe sublime que dio generosamente su vida por una causa grande, sino como el vencedor pionero de la muerte: "Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra fe estaría vacía" (1 Cor 15,14).
El Evangelio de hoy
Mateo 6, 1-6. 16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".
Reflexión
“Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”
Hermanos míos, hoy empezamos el gran viaje de la Cuaresma. Por lo tanto llevemos en nuestro barco todas nuestras provisiones de comida y bebida, colocando sobre el casco misericordia abundante que necesitaremos. Porque nuestro ayuno tiene hambre, nuestro ayuno tiene sed, sino se nutre de bondad, sino se sacia de misericordia. Nuestro ayuno tiene frío, nuestro ayuno falla, si la cabellera de la limosna no lo cubre, si el vestido de la compasión no lo envuelve. Hermanos, lo que es la primavera para la tierra, la misericordia es para el ayuno: el viento suave de la primavera hace florecer todos los brotes de las llanuras; la misericordia del ayuno siembra nuestras semillas hasta la floración, estas dan fruto hasta la recolecta celestial. Lo que es el aceite para la lámpara, la bondad es para el ayuno. Como la materia grasa del aceite mantiene encendida la luz de la lámpara y, también con un pequeño alimento, la hace brillar para consuelo de todos en la noche, así también la bondad hace resplandecer el ayuno: desprende rayos hasta que alcanza el pleno esplendor de la continencia. Lo que es el sol para el día, la limosna es para el ayuno: el esplendor del sol aumenta la plenitud del día, disipa la oscuridad de la noche; la limosna acompaña el ayuno santificando la santidad y, gracias a la luz de la bondad, purifica de nuestros deseos todo lo que podría ser mortífero. En una palabra, lo que es el cuerpo para el alma, la generosidad es para el ayuno: cuando el alma se retira del cuerpo, le ocasiona la muerte; si la generosidad se aleja del ayuno, es su muerte. Al iniciar la cuaresma, la Iglesia nos presenta en este evangelio las tres prácticas que están a la base de la vida y la espiritualidad cristiana: el ayuno, la oración y la ayuda a los necesitados. Éstas, si verdaderamente queremos que nos sirvan para alcanzar, o al menos para crecer en la santidad, deben de tener la característica de "hacerse en secreto"; es decir, es algo entre Dios y yo. El cristiano debe tener, de manera ordinaria, integrados estos ejercicios en su vida. Sin embargo, la cuaresma, como tiempo particular de gracia para profundizar en nuestra conversión, se nos propone como un espacio en nuestra vida para "reforzar" y consolidar nuestra espiritualidad. Por ello, si de ordinario oras 15 minutos, la cuaresma será una oportunidad para aumentar tu oración a 25 ó 30 minutos; si de ordinario acostumbras ir a misa sólo los domingos, la cuaresma pudiera ser una buena oportunidad para ir al menos una vez más en la semana; si yo acostumbro convivir con mi familia una vez a la semana, pues podría ser la oportunidad para hacerlo al menos una vez más. Utilicemos esta cuaresma para llegar a la Pascua con cambios concretos en nuestra vida, humana y espiritual, que sean signo del poder del resucitado en nosotros, motivo por el cual estaremos de fiesta
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
ME COMPROMETO HOY
Hoy iré a tomar ceniza y además haré mi plan para vivir adecuadamente esta cuaresma.
Señor,en este día, quiero ofrecerte un camino de conversión, un camino de morir a mí mismo y a las inclinaciones que tanta veces me hacen alejarme de ti; a la vez te pido que me llenes de tu gracia, para que mientras voy muriendo, tú me vayas resucitando a la nueva vida en ti. Señor, purifica y protege a tu Iglesia con misericordia continua, pues sin tu ayuda no puede mantenerse incólume, que tu protección la dirija y la sostenga siempre.
“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.Amen
|