El desánimo espiritual
El desánimo puede ser el resultado de muchas causas diferentes, pero Satanás es siempre el culpable. Él hará todo lo posible para desanimarnos y mantener centrada nuestra atención en las cosas negativas, no en Dios.
Una forma sutil de desánimo espiritual es la idea de que no podemos agradar a Dios. Ésta es la trampa del diablo, y muchos cristianos caen en ella. Si escribiéramos todo lo que pensamos que debemos hacer para agradar a Dios, ¿qué tan larga sería esa lista antes de que tenerla completa? Daríamos por cierto que debemos leer más la Biblia, orar más, ofrendar más, testificar más. Entonces miraríamos la lista y nos daríamos cuenta de que es imposible hacer todo eso.
Ésa es la trampa. Lo que le agrada al Señor es nuestra obediencia, no nuestra adhesión a un largo prontuario de obligaciones
La oración no contestada es otra fuente de desánimo. Cuando le hacemos una petición al Señor, Él no la responde de la manera que queremos o en el tiempo que preferiríamos, nos permitimos con demasiada frecuencia que se introduzca el desánimo, y al suceder eso es posible que decidamos no seguir orando.
Ayer vimos que centrar nuestra atención en el Señor es fundamental para romper las cadenas del desánimo. Cuando usted se vuelva a Dios, también es provechoso orar en voz alta por estas tres cosas. Primero, para darle gracias por estar con usted en medio del desánimo. Segundo, por aceptar que Él tiene el control de su vida. Y tercero, por reconocer que Él es bueno y que finalmente hará que las circunstancias obren en bien suyo.
Fanny
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