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General: EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 20 DE MARZO DE 2011.DIOS LOS BENDIGA,FELIZ DIA......
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De: hermes sarmiento  (Mensagem original) Enviado: 20/03/2011 17:14


El Evangelio de Hoy DOMINGO 20 DE MARZO DE 2011

2ª semana de Cuaresma.


¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!

Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo

que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir 

 y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.

Con alegría leamos la palabra.

 

“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer

se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.

Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca

Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad

lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza

y enciende mi corazón para que la palabra de Dios

pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio

de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,

lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.

Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.

Señor, aquí tienes mi corazón abierto,

dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo

y con la voluntad decidida para obedecerle.

En Ti esta la luz y la salvación.

Amen y Amen

Primera Lectura

Génesis 12,1-4ª

Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios

En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: "Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo." Abrán marchó, como le había dicho el señor.

Meditación

Abrahán recibe la llamada de Dios que lo invita a salir de su instalación en lo conocido y experimentado hacia nuevos e indefinibles horizontes. Abrahán marchó. Su disposición de confianza absoluta será su auténtico sacrificio de Isaac. Su corazón fue fiel hasta en la prueba difícil, y así se convierte (elohista) en el prototipo del creyente, en "padre" de los muchos que han vivido o viven la fe. No son directamente sus obras las que le merecen este título, sino el motivo, la raíz de su obrar.

Abraham y Sara pertenecían a un clan de pastores seminómadas, de los muchos que buscaban pastos para sus rebaños lejos de las ciudades-estado que, por los años 1800 aC. se estaban organizando en Mesopotamia y a lo largo de las costas del Mediterráneo. Abraham fue uno de los muchos grupos que emigraban, lo mismo que hoy, «buscando la vida». En ese andar luchando por la vida descubrieron el llamado de Dios a dejarlo todo y fiarse de su promesa de vida. Dios promete a Abraham que será padre de un pueblo numeroso y que tendrá una tierra, la “tierra prometida”. Es lo que anhelan sus corazones, lo que necesitan para vivir una vida humana y digna. Hoy son muchas las “minorías abrahámicas” que siguen escuchando el llamado de Dios, que les invita a buscar nuevas formas de “vida prometida” para todos los hijos de Dios. Hoy también hay muchísimos desplazados por el sistema neoliberal globalizado, que crea marginación y expulsa a los más débiles de sus tierras. Son los nuevos Abrahán y Sara, que lo dejan todo en busca de la vida digna que se les está negando.
A Abraham se le considera «padre en la fe» de tres religiones importantes: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.

Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.

Porque la palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
Nuestra alma espera en el Señor; él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

SEGUNDA LECTURA.

Carta de San Pablo a Timoteo 1,8-10.

Dios nos llama y nos ilumina

Querido hermano: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio. 

Meditación

La segunda carta de Timoteo nos asegura que la Palabra de Dios no está encadenada. Ella hace su propio camino en medio de los muchos caminos del pueblo. Aunque hagamos muchas lecturas interesadas de ella, el Espíritu siempre encontrará las formas de echarla a volar, sobre todo en manos de los que buscan mejores situaciones de vida en dignidad y justicia, como Abrahán y Sara, o como los desplazados de hoy. Todos ellos, minorías abrahámicas o mayorías desplazadas, están pronunciando con su vida el rechazo a este sistema excluyente que ha perdido la brújula, y que podría encontrarla con la Buena Noticia de Jesucristo. Cuando se escribió esta carta, la Iglesia apenas estaba institucionalizada. Pablo ejerce sobre las comunidades que él ha fundado y sobre algunas otras una autoridad soberana, pero con mucha frecuencia envía a ellas a algunos discípulos como delegados suyos, especialmente a Timoteo. Estos "legados" gozan de plenos poderes sobre las autoridades locales y a estos efectos están revestidos de una gracia particular confiada mediante una imposición de manos.La promesa de Dios... Dios prometió a Abraham y a su descendencia ser herederos del mundo. La historia de Abraham está llena de promesas de Dios cuyo cumplimiento no depende del hombre, sino de la fidelidad de Dios a sus promesas. También Abraham era un pecador, pero creyó en esas promesa. Creyó en lo imposible. ¡Era anciano y sin hijos y Dios le prometió «el mundo en herencia» ! Y él creyó esto, y esto se realizó: cristianos, judíos, árabes... multitudes inmensas se llaman «hijos de Abraham». «Recibir el mundo en herencia». La fe da la posesión del mundo. -Por la fe se pasa a ser heredero. Por esto es un don gratuito. Y la promesa permanece válida. Quisiera, Señor, llegar a ser «total acogida» de Ti. Quisiera encontrarte más y no apoyarme sino en Ti. Ahora sé -tu apóstol me lo ha repetido- que mi salvación depende de tu promesa, más que de mis obras y que Tú haces lo que prometes. Señor, tengo confianza en Ti. Estoy seguro de Ti. Yo, que sufro tanto de mis limitaciones, de mis pobrezas, quisiera, de una vez, aceptarlas y luego olvidarlas para no sufrir más por ellas y contar sólo contigo y no en mis propias fuerzas. ¡ «Don gratuito»! ¡«Don gratuito»! -Te hice padre de muchos pueblos. Abraham es nuestro padre ante Dios «en quien creyó». La fe da una fecundidad extraordinaria. Porque creyó en Dios, Abraham es el "padre" de todos los hombres. Por su fe, verdaderamente, "dio la vida". No pueden saberse todas las ramificaciones vitales de un acto de Fe. Un hombre que cree en Dios desencadena en la humanidad una onda de «vida». Todo hombre que se eleva, eleva el mundo. -Dios que da la «vida" a los muertos y llama a la existencia a lo que no existía. 

El Evangelio de hoy

Mateo 17,1-9

Su rostro resplandecía como el sol

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro,a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no temáis."
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos."

Reflexión

Su rostro resplandecía como el sol

En el texto de Mateo, la narración de la transfiguración comienza con una indicación cronológica —“Seis días después— que lo vincula con lo precedente, es decir con la profesión de fe de Pedro, con el primer anuncio claro por parte de Jesús de su pasión y con la declaración de que para ser discípulos es necesario seguirle por el camino de la cruz. “Seis días después” el Maestro lleva a tres de sus discípulos a una montaña alta para concederles la experiencia anticipada de la gloria prometida después de padecer.

La escena de la transfiguración que nos relatan los evangelios es también un símbolo de esas otras muchas experiencias de transfiguración que todos experimentamos. La vida diaria se vuelve gris, monótona, cansada, y nos deja desanimados, sin fuerzas para caminar. Pero he aquí que hay momentos especiales, con frecuencia inesperados, en que una luz prende en nuestro corazón, y los ojos mismos del corazón nos permiten ver mucho más lejos y mucho más hondo de lo que estábamos mirando hasta ese momento. La realidad es la misma, pero nos aparece transfigurada, con otra figura, mostrando su dimensión interior, esa en la que habíamos creído, pero que con el cansancio del caminar habíamos olvidado. Esas experiencias, verdaderamente místicas, nos permiten renovar nuestras energías, e incluso entusiasmarnos para continuar marchando luego, ya sin visiones, pero «como si viéramos al Invisible».
Todos necesitamos esas experiencias, como los discípulos de Jesús la necesitaron. Nosotros no podemos encontrarnos con Jesús en el Tabor de Galilea. Necesitamos buscar nuestro Tabor particular, las fuentes que nos dan fuerzas, las formas con las que nos arreglamos para lograr renovar nuestro compromiso primero, siendo la oración, sin duda, el más importante 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu  vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.

 OH Dios, que nos has mandado escuchar a tu hijo amado, dignamente alimentarnos con tu palabra, para que, purificada nuestra mirada podamos gozar con el resplandor de tu gloria.

“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado.  Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.Amen

* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión.
Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *

GRACIAS POR TU AMISTAD

FELIZ DIA.

Hermes Sarmiento G.

De Colombia

 Si deseas escribirme, hazlo a este correo.

Así, responderé oportunamente.

Gracias

Hermes281955@hotmail.com

 

Gracias A La Hna Silvia Por El Fondo



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De: Maritzaj Enviado: 23/03/2011 06:42
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