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General: .EL EVANGELIO DE HOY MIERCOLES 23 DE MARZO DE 2011.DIOS LOS BENDIGA ,FELIZ DIA
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De: hermes sarmiento  (Missatge original) Enviat: 23/03/2011 13:00
 


El Evangelio de Hoy MIERCOLES 23 DE MARZO DE 2011

Miércoles de la segunda semana de Cuaresma.

¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!

Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo

que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir 

 y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.

Con alegría leamos la palabra.  

“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer

se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.

Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca

Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad

lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza

y enciende mi corazón para que la palabra de Dios

pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio

de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,

lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.

Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.

Señor, aquí tienes mi corazón abierto,

dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo

y con la voluntad decidida para obedecerle.

En Ti esta la luz y la salvación.

Amen y Amen

PRIMERA LECTURA.

Jeremías 18,18-20

Dijeron: "Venid, maquinemos contra Jeremías, porque no falta la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; venid, lo heriremos con su propia lengua y no haremos caso de sus oráculos." Señor, hazme caso, oye cómo me acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo.

Meditación

“Venid, lo heriremos con su propia lengua” 

Jeremías fue una figura impresionante de la pasión de Jesús. Tuvo que hablar en nombre de Dios en tiempos difíciles, inmediatamente antes del destierro final. No le hicieron caso. Le persiguieron.
En el primer párrafo hablan los que conspiran contra el profeta. Les estorba. Como estorban siempre los verdaderos profetas, los que dicen, no lo que halaga los oídos de sus oyentes, sino lo que les parece en conciencia que es la voluntad de Dios. «No haremos caso de sus oráculos». Irónicamente dicen estos «judíos malvados» que, aunque eliminen a un profeta como Jeremías, no les faltarán ni sacerdotes ni sabios ni profetas que sí digan lo que a ellos les agrada. Son los falsos profetas, que siempre han hecho carrera.

Hay ocasiones en nuestra vida en las que sentimos que todo se derrumba a nuestro alrededor; nuestra salud se debilita, nuestros negocios no van bien, la economía se viene abajo, problemas con la familia, con la comunidad, etc. Es precisamente en estos momentos en los que el ser cristiano se pone totalmente de manifiesto, ya que mientras el común de la gente se desespera y busca solucionar la crisis por sus propias manos, el cristiano invita a Dios a intervenir para poder superar juntos dicha crisis. Esto hace que la paz permanezca en el corazón del hombre, pues sabe que Dios es poderoso, sabe que lo ama y que no lo abandonará jamás.
Cuando te sientas atribulado y no encuentres solución para tus problemas, clama a Dios como el profeta: "Señor, atiéndeme". Serás entonces testigo del poder y de la infinita misericordia de Dios.

Salmo responsorial: 30

Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás.
Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida.  
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: "Tú eres mi Dios." En tu mano están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen.

El Evangelio de hoy

Mateo 20, 17-28

En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús llamó aparte a los Doce y les dijo: "Ya vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día, resucitará".
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella respondió: "Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino". Pero Jesús replicó: "No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?" Ellos contestaron: "Sí podemos". Y él les dijo: "Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado".
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos".

Reflexion

El evangelio de hoy se enmarca en la última subida a Jerusalén, donde Jesús será detenido, condenado y ejecutado por causa de la radicalidad de su proyecto. Muchos de sus seguidores no han entendido de qué se trata el reino que él les ha anunciado, y todavía creen que consiste en una toma del poder terrenal, con cargos y nombramientos que dan prestigio y generan desigualdad.
El mundo actual es testigo de la tiranía, la corrupción y la opresión generada por jefes de naciones y sistemas totalitarios e injustos que se han diseñado para regir a nuestros pueblos. El desafío es claro: quienes somos seguidores de Jesús de Nazaret no podemos caer en la tentación perversa del poder para oprimir o ser superiores a los demás. El proyecto cristiano es de solidaridad y servicio desinteresado, como principio ministerial básico que atraviese las estructuras sociales y eclesiales y las haga más cercanas al plan de Dios.

Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida es la envidia. Es increíble que aun como cristianos no sepamos alegrarnos de los bienes y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos, y en ocasiones sentimos hasta coraje de que Dios los haya bendecido; no sólo en el plano económico, sino como nos lo presenta hoy el evangelio, en el ámbito social, que se extiende hasta el religioso. Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente en los paganos, en los que no están llenos del amor de Dios pero, ¿en nosotros? Lógicamente esto genera críticas y enemistades.
Qué diferente sería nuestra vida, si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, nos alegráramos con él. Seguramente que nuestra vida estaría llena de paz y felicidad. Cambia tu actitud y "verás qué bueno es el Señor".

Pongamos en sus manos a todos los líderes sociales, a los gobernantes, a los animadores eclesiales, para que Dios les permita guiar a la sociedad y a la Iglesia hacia un mundo fraterno y justo.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu  vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Señor, atiende a la voz de mi súplica, tú conoces mi vida, cada parte de mí, lo bueno y lo malo que hay en mí. Mírame con bondad, Señor, y protégeme en el día de tribulación, en todo aquello en donde me siento como en una fosa. Ven, Dios mío, y sálvame. Tú sabes lo que necesita mi corazón para pertenecerte completamente, así que solo te pido tu fuerza y tu gracia para que no sea mi enemigo el que triunfe, sino que, incluso en las situaciones difíciles, pueda ver tu mano ayudándome y sosteniéndome.

“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado.  Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.Amen

* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión.
Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *

GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.

Hermes Sarmiento G

De Colombia

 Si deseas escribirme, hazlo a este correo.

Así, responderé oportunamente.

Gracias

Hermes281955@hotmail.com



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De: Maritzaj Enviat: 26/03/2011 00:26


 
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