Por todos . No te pido por mí, todo me diste… Te pido por los ciegos y los tristes… Por aquel que le faltó el valor cuando estaba al cuajar el fruto de su flor. Y por la madre que encontrará un día la cuna de su amor siempre vacía. Por el débil, el pobre, el desechado, ¡que el mundo en su locura ha olvidado! Y por aquel que dijo: “Yo dudé.” ¡Tú tienes medios de salvar su fe! Por ese ciervo herido, caminante, con su mudo dolor, fiero y constante. Te pido por los niños inocentes, para que brille el sol sobre su frente. Por tantos sueños muertos y tanta dicha breve, convertidos en agua, cual la nieve. Señor, que conoces los misterios de todos los destinos, ¡ayúdame a encontrarte por todos los caminos!
d/a
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