Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
PRIMERA LECTURA.
Jeremías 11,18-20
El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó lo que hacían. Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: "Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre no se pronuncie más." Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
Palabra de Dios.
Meditación
Yo, como cordero manso, llevado al matadero
Jeremías, víctima inocente, pensando en el peligro que acaba de pasar; se compara con un cordero manso llevado al matadero. Esta imagen, presente también en el cuarto canto del Siervo sufriente de Yavé (Is 53,7), se utilizará ampliamente para describir al Mesías Sufriente que expía en silencio el pecado del mundo (Jn 1,29; 1 Pe 1,19; Ap 5,6ss). Atormentado en el corazón y la mente, el profeta sufre, y se atreve —él, tan humilde— a elevar una oración de venganza: es la ley del talión. Jeremías vive su pasión como hombre del Antiguo Testamento; será Jesús, realidad de lo que el profeta figuraba, quien morirá inocente, poniéndose en las manos del Padre él mismo y poniendo también a sus adversarios, que le crucificaron, para que les perdone.
Está claro que leer esta confesión en momentos en que nos preparamos a revivir la Pascua del Señor obedece a la idea de que en esta Pascua se juega algo muy fundamental: el sincero sufrimiento de Dios a causa de sus hijos, y del Hijo a causa de sus hermanos. La salvación siempre pasará por el desconcierto, por la cruz, por la oscuridad de la fe. Pero el cristiano que se dispone a rememorar y revivir la Pascua ve, a través de la incertidumbre, la claridad y la luz de la nueva vida que el Señor instaura venciendo a la muerte.
Salmo responsorial: 7
Señor, Dios mío, a ti me acojo.
Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame, que no me atrapen como leones y me desgarren sin remedio. R.
Júzgame, Señor, según mi justicia, según la inocencia que hay en mí.Cese la maldad de los culpables, y apoya tú al inocente, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú, el Dios justo. R.
Mi escudo es Dios, que salva a los rectos de corazón.Dios es un juez justo, Dios amenaza cada día. R.
El Evangelio de hoy
Juan 7,40-53
En aquel tiempo, algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: "Éste es de verdad el profeta." Otros decían: "Éste es el Mesías." Pero otros decían: "¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?" Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo habéis traído?" Los guardias respondieron: "Jamás ha hablado nadie como ese hombre." Los fariseos les replicaron: "¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la Ley son unos malditos." Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?" Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas." Y se volvieron cada uno a su casa.
Palabra del Señor
Reflexión
¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?
El evangelio de hoy nos presenta a un Jesús que con sus acciones y predicación genera desconcierto entre quienes le escuchan, pues consideran que el Mesías esperado no puede venir de Galilea, y mucho menos ser un humilde campesino que se atreva a cuestionar las estructuras poderosas que dominan en Jerusalén.
Este evangelio nos interpela a revisar a fondo hacia dónde miran nuestras esperanzas; qué tipo de mesianismo estamos esperando. ¿Seguimos pensando que van a ser las grandes estructuras las que recogerán nuestras expectativas de vida y nos acercarán al reino? En nuestros entornos seguramente hay profetas sencillos, líderes humildes que nos anuncian un modelo de vida alternativo. Es hora de que miremos y escuchemos estas propuestas, que muchas veces crecen y pasan casi inadvertidas en nuestra sociedad.
Como dice aquél refrán, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. La duda ya se había apoderado de sacerdotes y fariseos. Así tenía que ser, para que se cumplieran las escrituras. Se acerca el día en que habrán de crucificarle. Los evangelios se han encargado ya de aclararnos que Jesús procede de David, porque el mismo lo ha dicho a cuantos han querido escucharle, y no ha dicho nada distinto a lo que ya estaba anunciado en el Antiguo Testamento. Pero ni sacerdotes, ni fariseos se han dejado conmover. Es que este Cristo es incómodo. Llega a través de los pobres y humildes y no a través de ellos que representan la autoridad, el poder. Ellos que constituyen la “aristocracia” dentro de su sociedad, que son los que gozan de prestigio, de una buena posición económica.¿Por qué este Jesús no viene con su trono y corona por donde según sacerdotes y fariseos corresponde? ¿Por qué no ha ido a buscar y convencer a ellos primero? Eso es lo que les molesta…¿Cómo puede venir de esta “chusma” el salvador?Y es que el que mucho tiene, el instalado, defiende las estructuras, el estatus quo, porque le conviene que las cosas permanezcan así, porque de este modo mantiene sus privilegios. Es el egoísmo y la comodidad del que más tiene, del que se aferra a lo que tiene como lo más importante, como algo sin lo cual no podría vivir…Está ahí el origen de su ceguera. Finalmente, si seguimos escarbando, llegamos a la soberbia, al orgullo…El querer ser como Dios, y estar por sobre todo, sobre el dolor, la pobreza, la injusticia, el hambre y cuanta necesidad agobia a nuestros hermanos. El estar por encima de todo e indiferente a todos. Ese es el gran pecado del que todo lo tiene: la idolatría. Vale más todo lo que tiene que su vida misma…o al menos eso es lo que cree, por ello no está dispuesto a ceder un centímetro. Por eso este Dios, este “miserable” no puede ser su Dios, el Mesías, el Salvador. Un zarrapastroso de Galilea no puede ser el Salvador.Sus corazones ya estaban cerrados completamente. Vino la luz, pero no quisieron verla, prefirieron caminar en la sombra. Eso es todo. Así de simple.
Pongamos en las manos de Dios las vidas de los animadores de las comunidades cristianas; las vidas de los catequistas y demás agentes de pastoral; las de los líderes sociales; las de quienes defienden los derechos humanos, para que el Señor les acompañe en sus tareas, y esas vidas sean vistas por todos como testimonios dignos de imitar, apoyar y acompañar.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Señor, no permitas que nos ciegue el poder, la vanidad, la riqueza, la comodidad. Que no prefiramos las sombras a tu luz. Que entendamos que es a través de nuestros hermanos que llegaremos a ti y que por tanto no podemos descansar mientras haya hambre, miseria e injusticia. Que no reclamemos privilegios para nosotros, sino que seamos humildes siervos tuyos siempre, donde nos toque servirte.“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén,Y Amen
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Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD
FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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