“Tanto los que reconstruían la muralla como los que acarreaban los materiales, no descuidaban ni la obra ni la defensa. Todos los que trabajaban en la reconstrucción llevaban la espada a la cintura”.
Nehemías 4:17-18
Este mensaje es para aquél cuyas fuerzas escasean, para aquél que obedeciendo un llamado de lo alto siente que es difícil ser líder cuando se encuentra débil, para aquél que va delante de la batalla y su fuerza hoy está mermada. Para aquél que piensa que el peor momento para edificar es cuando la salud, provisión o fuerzas escasean, para ti tengo este mensaje.
Nehemías fue llamado a edificar la muralla de Jerusalén en el peor de los momentos. Su nación estaba cautiva, contaba con pocos hombres para la reconstrucción de la muralla, las puertas de las murallas estaban consumidas por el fuego, sus opresores se burlaban de ellos, tramaban calumnias e intentaban matarles por envidia. Pero a pesar de todo esto Nehemías y el pueblo de Dios le creyeron al Señor diciendo: -¡Manos a la obra!
“Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: —¡Manos a la obra! Y unieron la acción a la palabra.” Nehemías 2:18 Al igual que tú mi hermano ellos escucharon la voz de Dios y unieron la acción a la palabra. Al igual que tú ellos comenzaron la reedificación de lo que estaba caído, puede ser que estés reedificando tu familia, tu salud, tu corazón, tu ministerio, tu empleo, tu honor, cualquier ámbito de tu vida que estés reedificando eso es tu muralla. Y has llegado al punto en que has visto avances en la reedificación de la muralla pero las fuerzas, voluntad y corazón te escasean. Llegando incluso a creer que la reedificación ha sido solo tu invención.
Tal vez se ha levantado oposición a la reedificación de la muralla, tu esposa/o quizás no esté reaccionando de la manera que esperabas en la reconstrucción de tu matrimonio, los estudios médicos quizás no han revelado mejoras, tus recursos monetarios tienen numero rojos y el plazo de pago se acerca. Y te es difícil hoy creer. Mas sin embargo el Señor tu Dios quiere hoy recordarte que cuando eres más débil es cuando eres más fuerte, y si sigues avanzando en la reedificación del muro Él se encargará de cerrar las brechas.
El Señor tu Dios sabe que en este momento desfalleces, ha sido mucho el escombro que has quitado de tu corazón para la reedificación, y el pensamiento de que no lo lograrás se ha anidado en tu mente. Más sin embargo el Señor tu Dios hoy dice:
No temas, porqué he prometido que reedificaré la muralla, Yo seré tu fortaleza.
Hoy quiero recordarte que los que trabajan en la reconstrucción deben llevar su espada a la cintura. Haz de la palabra de Dios tu fortaleza en este último tramo de la reconstrucción y encuentra reposo en su espíritu. Para pronto gozarte en tu muralla reedificada. Si anhelas ver esa muralla reedificada, créele al Señor y has conmigo esta oración:
“Señor mi Dios, no olvides la promesa que me has dado de reedificar esa área de mi vida. Te pido hoy mi Dios que tú seas mi fortaleza y renueves mi fe. Se tú Señor quien lleve el peso de la reedificación. Envía por favor una palabra que dé reposo a mi alma y fortalezca mi espíritu. Ten misericordia hoy mi Dios pues he unido la acción a tu palabra. Envía hoy mi Dios un torrente de agua viva a tu siervo. Reedifica tú mi Dios esta muralla para la gloria y honra de tu nombre. Todo esto en el nombre de Cristo Jesús, Amen”
Richy Esparza
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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