VIA CRUCIS DEL ENFERMO Y EL ANCIANO MISIONERO
Nos ponemos en Presencia de Dios mientras meditamos
este vía crucis para que su Espíritu renueve nuestra mente y nuestro corazón y pidamos la gracia de recordarlo en los momentos
más difíciles de nuestra vida.
1º ESTACION
Jesús es condenado a muerte.
“Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo”
El camino de la Cruz: “Amanecía. Los soldados habían tomado prisionero a Jesús y lo llevaron al tribunal de Poncio Pilato. Este lo interrogó diciendo: ¿Eres tú el Rey de los Judíos? Jesús le respondió: Tú lo dices, Yo soy Rey, para esto he nacido y he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. El que es de la Verdad, escucha mi voz. Pilato, mirando a la multitud, dijo: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Mesías?. Todos contestaron: Que sea crucificado!. Pilato insistió: ¿Qué mal ha hecho?. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: ¡Que sea crucificado!. Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud diciendo: Yo no soy responsable de la sangre de este justo. Es asunto de ustedes. Y todo el pueblo respondió: Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! Entonces, Pilato se los entregó para que lo crucificasen” (Jn 19,14b-16)
Señor, yo también me siento a veces “condenado” por mi enfermedad, al igual que tú te sentiste condenado
Por el pueblo judío.
Ayúdame a tener tu fortaleza y a dar testimonio de Ti,
Verdad absoluta, ante mis familiares y amigos, desde mi enfermedad.
Te pido también por los cristianos de todo el mundo que hoy
son perseguidos, por dar testimonio de la Verdad.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre nuestro, Gloria.
2º ESTACION
Jesús lleva la cruz sobre sus hombros
“Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo”
El camino de la Cruz: “Los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo ¡Salud, rey de los judíos! Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado del cráneo, en hebreo: Gólgota” (Mc 15,16-20; Jn 19,17)
Señor, esa cruz que cargaste sobre tus hombros eran todos
nuestros pecados, mis pecados.
Ayúdame Señor a hacer de mi cruz, no un motivo para compadecerme,o renegar de la vida, sino que la asuma asumirla con alegría y fortaleza, sabiendo que tengo la posibilidad
de compartir tu sufrimiento redentor.
Te ofrezco Señor mi cruz por mis pecados y por la conversión
de todos los pecadores.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
3º ESTACION
Jesús cae por primera vez
Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo”
El camino de la Cruz: Jesús, llamando a la multitud junto con sus discípulos les dijo: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?” (Mc 8,34-36)
Señor, Tú nos dijiste que para seguirte era necesario abandonarlo todo, cargar nuestra cruz y caminar tras de ti. Ayúdame a poner mi vida en tus manos,a renunciar a querer ser el centro de atención, porque los que me rodean tienen sus problemas y preocupaciones,pero sobre todo porque el centro debes ser
sólo Tú.Te pido por todos los enfermos que han perdido la esperanza, para que te encuentren a Ti,
que eres el Camino la Verdad y la Vida.
Señor, pequé,
ten piedad y misericordia de mí.
4º ESTACION
Jesús encuentra a María, su madre
“Te adoramos Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo”
El camino de la Cruz: María ha sido anoticiada de la triste suerte de su hijo. Va presurosa a su encuentro. No se dicen palabras, pero con la mirada se entienden. En el corazón de María resuenan las palabras de Jesús: “¿Acaso no sabías que tengo que ocuparme de las cosas de mi Padre?”. Y con la mirada, ella responde nuevamente: “Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí su Voluntad”. Frente al dolor de su Hijo y la impotencia de no poder hacer nada por El, María siente que su corazón se desgarra, pero respeta su decisión de morir por nosotros, porque sabe que su Hijo no es su propiedad exclusiva, porque “su madre y sus hermanos son todos aquellos que escuchan la Palabra de Dios y la practican”.
Señor, sé que cuando me siento solo, no es porque dejaste de acompañarme, sino porque yo dejé de acompañarte a Ti.
Te ofrezco mi enfermedad y al igual que María digo:
“Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí su Voluntad”.
Te pido Señor por todos los que no te conocen, para que encontrando a María, tu Madre, y Madre nuestra
te encuentren también a Ti.
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Padre nuestro, Gloria.
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FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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