"Ten misericordia de mi, oh Dios, ten misericordia de mi; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me amparare, hasta que pasen los quebrantos "
( Salmos 57:1 )
Quebrantos!! Quebrantos!!
jamas esperados, nunca imaginados, pero llegaron, no hubo forma de detenerlos, uno a uno hicieron fila delante de ti, tomaron su turno para descargar su ira, no hubo mas espera, no existio oportunidad ni salida, todo se volvio oscuro, tormentoso, arido, lleno de miseria, de dolor, de verguenza, desanimo, acusaciones y desesperacion.
Asi es la etapa mas dura de la cueva de los quebrantos, en la cual, hasta el mismo infierno reserva su oportunidad para tocar tu alma, pero aun sobre las ardientes brasas del horno del quebrantamiento, existe la mejor comunicacion con Dios, por medio de la oracion, confesion y clamor.
En este salmo, el siervo de Dios esta al borde de la muerte, perseguido por el enemigo, sin alimentos, sin un techo seguro y sin amigos, pero puede pedir misericordia y afirmar que su alma sigue confiando en Dios. Eso lo hace cambiar de escena, y en lugar de que las sombras de la muerte lo aniquilen, busca la sombra de las alas protectoras de Dios, para ampararse en ellas. En ese momento, su alma se eleva y llega la confianza al saber que los quebrantos pasaran; Dios responde al clamor y al llanto de su siervo, y lo mismo hara en tu vida, el resto de los quebrantos llegaran como polvora mojada, y no lograran destruirte, porque estaras bajo la proteccion Divina de Dios.
Hay un tiempo para los quebrantos, pero si acudes bajo la sombra de Dios, podras soportarlas, luego, una etapa gloriosa vendra a tu vida, todo sera distinto, y en lugar de una cueva, tendras un castillo.