Vive al máximo
Tengo mil cosas que hacer, me tengo que apurar, y mientras decía rápido una oración salí de mi casa corriendo. Durante el día no tuve tiempo de escuchar a los demás, no tuve tiempo de detenerme con quien me necesitaba. Demasiadas cosas que hacer, ésta era mi queja constante.
Y así, sin darme cuenta, tuve tiempo de morir y cuando ante el Señor me presenté, en sus manos un libro tenía, el libro de la Vida. Miró con tristeza en él y me dijo:
— Tu nombre no puedo encontrar, alguna vez lo iba a escribir pero nunca tuve tiempo.
Esta historia no la inventé yo, es una reflexión de alguien más. Desde que la leí en un libro la tengo muy en mente. Como que a todos nos pasa. Vivimos acelerados, agobiados por mil cosas y no nos percatamos de tantas necesidades que hay a nuestro alrededor e incluso en nuestro interior.
En nuestra casa, con nuestra raza de amigos, en las clases, cuántas veces preferimos nuestra comodidad. ¿Y los demás? ¡Que sé las arreglen! Cuando un amigo me pide un favor “espérate, ahora no puedo”. Paciencia con mi hermano. “Ni pensarlo, es muy necio”. Ir a la iglesia, ¿A qué hora? ¡No tengo tiempo!
Y es que se nos olvida que no existe un día que se llama mañana. Se nos olvida que el amor es algo tan valioso que tenemos que dar para poder poseer y sobre todo, se nos olvida que la única certeza que tenemos en esta vida es que estamos de paso y el tiempo que Dios nos regale lo debemos aprovechar para ganarnos la eternidad.
El desperdicio de nuestra vida estará en el amor que no hayamos dado. Por eso, cada día aunque estemos cansados, ¡Hay que vivirlo al máximo! Cada problema o decepción que nos haga ver todo fatal, hay que ponerlo en manos de Aquel que más nos ama y darle para adelante. Y que de cada persona con la que nos llevemos, hay que aprender algo y regalarle lo mejor de nosotros mismos. El tiempo no regresa, sólo avanza. Por eso vive tu vida con decisión y valor. Sostente de tus principios, no de la moda, porque la verdad y los valores raramente se ponen de moda. Y si caes, no importa. Cada tropiezo te hará madurar para levantarte más alto, de esta forma enseñarás a los demás lo importante que es vivir. Tú y yo, cada cual sabemos dónde tenemos que echarle ganas para hacer de nuestra vida la mejor de las inversiones.
Y así, el día que tengamos ganas para hacer de nuestras vidas la mejor de nuestras inversiones, el día que tengamos tiempo de morir porque así Dios lo quiera, podamos llegar con Él con las manos vacías, vacías por haber entregado todo el amor que había en nuestras manos.
Bendiciones Cristianas
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