Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”
Juan 3:16
¿Qué padre o madre entregaría la vida de un hijo? Nadie. Sabemos, que en ocasiones muy extremas, padres han ofrendado sus vidas para defender la de sus hijos. Pero una cosa es dar la vida propia y otra muy diferente, dar una vida ajena, cuanto más la de un hijo. La historia de la humanidad abunda en ejemplos de aquellos que han ofrendado su propia existencia por defender sus ideales. Pero Dios el Padre, para demostrar su amor inmenso por el hombre, hizo lo que nadie haría. Entregó la vida de su Hijo Jesucristo. Él murió en la cruz para reconciliarnos con su El Padre Eterno. Dio su vida por vos y por mí, aunque no éramos merecedores que un hombre bueno y justo como Cristo, pagara por nuestras faltas. ¡Pero así son los misterios de Dios! Así de grande y supremo es su amor por cada uno de nosotros.
Amigo, coincidirás conmigo, que no ha existido, ni existirá, un acto de amor como el de Dios. Para demostrarnos cuanto nos ama mandó a Jesús a morir en la cruz. Vivir la vida sin Jesús, es lo más parecido a una tortura. No sigas así. Recibilo como tu Señor y Salvador. Para tu corazón lastimado, las heridas del alma y las huellas dolorosas del pasado hay un remedio infalible: El amor de Cristo.
Iglesia Nueva Vida | Av. Cabildo 3546 Pastor Edgardo Eliseiry
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