“Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá”
Salmo 101:6
La fidelidad es una condición básica de todo pacto. Y lo es también del pacto de Dios con sus hijos. Cuando Jesús fue a la cruz del calvario para morir por nuestros pecados nos mostró su gran amor y el de su Padre. Él mismo les prometió a sus discípulos que estaría con ellos hasta el fin del mundo. Y es la compañía del Espíritu Santo la demostración de esa promesa. Un Dios tan bueno y fiel merece nuestra fidelidad y amor también. El salmista expresa con hermosas palabras lo que el Señor promete a los fieles: Mirarlos con ojos de amor y cuidado y estar con ellos en todo momento. Vivir una vida bajo su atenta mirada y disfrutar de sus cuidados amorosos es una experiencia inigualable. Saber que podemos pedir sanidad para un enfermo, provisión para toda necesidad material, consuelo para la tristeza y ánimo para el momento de desaliento, es gozar de su fidelidad.
Amigo lector, entregar la vida a Jesús y esforzarze por vivir una vida agradable y de acuerdo a la ley divina será tu manera de demostrarle tu fidelidad. Así te sentirás seguro y confiado con la convicción que como hijo fiel estás bajo el pacto de sus maravillosas promesas.
Iglesia Nueva Vida | Av. Cabildo 3546 Pastor Edgardo Eliseiry
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