El Evangelio de Hoy JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE DE 2011
XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Nuestra Señora La Virgen de Los Dolores – Memoria
"Los hombres tienen con frecuencia bastante religión para sentirse enemigos de los que tienen otra; y muy pocas veces tienen la religión necesaria para amarse los unos a los otros".
¡Bienvenidos. Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
“El Señor este con Uds.”.Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo Resucitado que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.
Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
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Primera lectura
Carta a los Hebreos 5,7-9.
*Fue escuchado por su humilde sumisión.*
El dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
Meditación
La lectura de hebreos en cual se describe las emociones y el sufrimiento de Cristo con fuertes voces y lágrimas.El Señor mismo ha experimentado el dolor y el padecimiento. No porque fuera masoquista, ni antinatural, sino porque asumió a tal punto la condición humana, que en nada fue privilegiado. Fue uno como nosotros. Jesús mismo admite que tiene miedo. Pero Jesús sigue con coraje obedeciendo la misión que recibe del Padre. Y nos llama a la misma obediencia: «El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna». El Padre promete glorificar a Jesús. Lo hizo en la Resurrección. Nosotros también tenemos la promesa: si obedecemos, seremos glorificados por Dios
Salmo: 31(30)
*Sálvame, Señor, por tu misericordia*
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca me vea defraudado! Líbrame, por tu justicia inclina tu oído hacia mí y ven pronto a socorrerme. Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, inclina tu oído hacia mí y ven pronto a socorrerme. Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, inclina tu oído hacia mí y ven pronto a socorrerme. Sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi Roca y mi baluarte: por tu Nombre, guíame y condúceme. Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi refugio. Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel. Pero yo confío en ti, Señor, y te digo: "Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos". Líbrame del poder de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. ¡Qué grande es tu bondad, Señor! Tú la reservas para tus fieles; y la brindas a los que se refugian en ti, en la presencia de todos.
El Evangelio de hoy
Según San Juan 19,25-27.
«Madre, aquí tienes a tu hijo»
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Reflexión
Jesús sabía lo que su Madre Santísima estaba sufriendo, y sabía que no había nadie más para hacerse cargo de ella. Por ello la entrega a su mejor amigo para que la cuide y la tenga "como a su madre". En estos últimos años la gente se pregunta por qué ha disminuido la piedad mariana (y me refiero a la auténtica, no a la que está basada en el sensacionalismo de una posible aparición o mensaje), la piedad mariana que muestra un amor tierno y sincero hacia la Madre de Dios. Según me parece que esto es porque hoy los cristianos no queremos acompañar a Jesús hasta la cruz. Tenemos miedo, como lo tuvieron Pedro y los demás. Sólo Juan, el "amigo" de Jesús, lo acompañó y sólo él tuvo la dicha de tenerla en su casa. Si realmente quieres tener a María como madre, si quieres que Jesús te la entregue, tienes que estar dispuesto a acompañarlo en el camino de la cruz. Y si piensas que esto no es verdad, pregúntate: ¿cómo es tu amor y tu piedad hacia María Santísima?. María está hoy en el gozo y la gloria de la Resurrección. Las lágrimas que derramó al pie de la Cruz se han transformado en una sonrisa que ya nada podrá extinguir, permaneciendo intacta, sin embargo, su compasión maternal por nosotros. Lo atestigua la intervención benéfica de la Virgen María en el curso de la historia y no cesa de suscitar una inquebrantable confianza en Ella; la oración Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! expresa bien este sentimiento. María ama a cada uno de sus hijos, prestando una atención particular a quienes, como su Hijo en la hora de su Pasión, están sumidos en el dolor; los ama simplemente porque son sus hijos, según la voluntad de Cristo en la Cruz¡Volveos a María! En la sonrisa de la Virgen está misteriosamente escondida la fuerza para continuar la lucha contra la enfermedad y a favor de la vida.
Fue la criatura a quien Dios pidió más amor después de su Hijo; un amor sin medida, hasta el sacrificio supremo del Calvario, en el que entregó a su propio Hijo por todos los hombres y abrió su corazón para recibirlos a todos como Madre. María es un ejemplo, elocuente y sencillo al mismo tiempo, de la vivencia cotidiana de las virtudes teologales»
Dios mío, ¡qué gran misterio de amor me propones hoy para mi meditación! A pesar de que una espada atravesó el corazón de tu madre santísima, ella siempre se mantuvo firme en la fe y con gran amor hoy me acoge, me ama y me enseña las virtudes que me pueden llevar a la santidad.
Señor, dame discernimiento para entender lo bueno y lo malo; te pido que tu Espíritu Santo me confronte para comprender lo que no te agrada y el valor para erradicarlo de mi vida. Quiero que mis días en este mundo sirvan como un testimonio de lo que tú puedes hacer con un corazón que dice sí de verdad.
Jesús, aunque experimente dificultades y problemas, situaciones de sufrimiento y dolor, momentos difíciles de comprender y de aceptar, siguiendo el ejemplo de María, tengo la seguridad que todo tendrá una razón y un sentido. Sin embargo soy débil para ofrecerte que quiero ser purificado en el dolor… simplemente sé y confío en que me darás lo que necesito para entrar un día en el cielo, ¡gracias Padre mío!.
Señor Jesús, yo confieso que he pecado contra Ti, Por favor perdóname por haber andado en mi propio egoísmo y limpiadme. Yo te recibo como mi Señor y Salvador. Yo creo que Tú eres el Hijo de Dios, quién vino a la tierra, murió en la cruz, derramo su Sangre por mis pecados, y se levanto de los muertos. Dame tu fuerza, Señor. Ayúdame a vivir mi vida de forma que te agrade. Gracias por abrir el camino para yo poder orar a Dios el Padre, en tu nombre. Yo me regocijo en tu promesa, de que viviré contigo toda la eternidad en el cielo.Señor bendice nuestra casita y a todos sus integrantes de este bello grupo familiar y de amistad, que en sus corazones brille la paz, también en cada uno de sus familias, que todos gocen de buena salud, al igual que sus familiares. Que no exista los celos y la envidia, porque todo esta hecho con dedicación amor y trabajo. Te lo pedimos Padre Amado en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Alabado seas Señor, Bendito sea tu Santo Nombre Señor.Amén y Amen
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
* Te agradecería compartieras con tus amistades este mensaje. Con el mayor de mis respetos. Saludos. Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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Hermes Sarmiento G
De Colombia
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