Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra”
Salmo 121: 1 y 2.
Cuando el salmista escribió estas palabras lo hizo en un contexto histórico y social que es bueno que lo analicemos. En aquellos lejanos y remotos tiempos, los pueblos paganos acostumbraban ofrecer sacrificios a sus dioses en los sitios más altos a los que pudieran subir. Así, en las colinas, sobre las cimas de los montes, era frecuente el erigir altares sobre los que practicar esos holocaustos. Creían, en su ignorancia, que desde esos lugares elevados estaban más cerca de los que ellos consideraban sus deidades. Por eso el autor de este salmo habla de los montes y nos dice que posaba su mirada esperanzada mucho más allá de aquellas alturas. Es como si nos dijera que aguardaba confiado en la ayuda que más allá de aquellas alturas naturales podía recibir. Y es que ponía sus ojos y su fe en el cielo mismo, morada del Todopoderosos y Único Dios vivo llamado Jehová. A la pregunta retórica que él mismo se hace y nos hace, sobre de donde provendría su auxilio, como toda respuesta exalta el nombre de su Dios como el dador de aquel socorro. ¡Con cuánta firmeza asegura que El Creador de los cielos y la tierra era su ayudador! Con semejante garantía se puede vivir seguro y confiado, ¿Verdad?
Pasaron muchísimos años de aquellos tiempos. El hombre ha evolucionado en su conocimiento y en el manejo de la tecnología. En su constante ansia por saber y aprender vive hoy, en pleno siglo XXI, rodeado de confort y comodidades. Pero nada ha podido hacer para responder a su necesidad espiritual. Lejos de acercarse a Dios ha hecho lo imposible por alejarse de Él, siendo que ese Dios al cual siente tan alejado, es el único que puede satisfacer su vacío existencial.
Amigo de las mejores palabras, ¿No te gustaría disfrutar de la seguridad y la confianza de saber que Jesús responderá a tus ruegos en todo momento de aflicción? Vos también podrás elevar tu oración más allá de los montes. ¡Poné tu fe en el Dios verdadero y comenzá a vivir feliz!
Iglesia Nueva Vida | Av. Cabildo 3546 Pastor Edgardo Eliseiry
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