Habla Señor, qué tu siervo escucha”.
Señor, creo en las Sagradas Escrituras que voy a leer,se que contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza y enciende mi corazón para que la palabra de Dios pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio de Tu Palabra, Tu Divina voluntad, lo que puedo y debo lo, que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar, como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.Señor, aquí tienes mi corazón abierto, dispuesto a Escuchar Tu Palabra con corazón sencillo y con la voluntad decidida para obedecerle...En TI esta la Luz y la salvación.Amen, y Amen
Primera Lectura.
Hechos de los apóstoles 10,25-26.34-35.44-48
*El don del Espíritu Santo se ha derramado también sobre los gentiles*
Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo: "Levántate, que soy un hombre como tú." Pedro tomó la palabra y dijo: "Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea." Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles. Pedro añadió: "¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?" Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se quedara unos días con ellos.
Palabra de Dios.
Meditación
El episodio de la conversión de Cornelio ha sido uno de los más decisivos para la comunidad cristiana primitiva. Pedro aparece en su papel de primer responsable de la misma. Mientras comienza a tomar posiciones de cara a la influencia del Templo y del judaísmo en la vida de los primeros cristianos, una "visión" le incita a adoptar una actitud de considerable repercusión en el futuro: se trata de la apertura de la misión y el brusco viraje que no tardará en producirse en la comunidad.
Pedro, por tanto, ha derribado el muro de separación que, en cada ciudad de Oriente, se levantaba hasta entonces entre la comunidad judía y la gentilidad. Pero la cristiandad sigue levantando este muro cada vez que se olvida de vivir su Pentecostés, con todo lo que esto significa, o levanta barreras negativas o leyes para defender unos derechos o una filosofía ya caduca.
Es, por tanto, el Espíritu de pentecostés el que se manifiesta, en Cornelio y toda su familia, para admiración y sobrecogimiento de los piadosos cristianos (judíos). Lo que ocurrió entonces, siempre ocurre: Dios está en todas partes en que hay hombres que le buscan con sincero corazón.
Salmo:97
*El Señor revela a las naciones su salvación.*
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas; su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y si fidelidad en favor de la casa de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.
Segunda Lectura
1Juan 4,7-10
*Dios es amor*
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
Palabra de Dios.
Meditación
Con estos versículos comienza la magna reflexión sobre la caridad que marca la cima de la Primera carta de Juan. Dios es la fuente del amor. En consecuencia, quien ha brotado de esta fuente y permanece unido a ella vive del amor y difunde amor. Esta es la razón de que el amor a Dios y el amor fraterno sean una sola y misma realidad. Por el contrario, no puede decir que conoce a Dios quien no se configura con él en el amar.
Dios es amor»: esta revelación del rostro de Dios no es una afirmación especulativa, sino la experiencia de una historia de la que Juan es testigo directo , y cada cristiano llega a serlo también cuando entra en la comunión eclesial, así como también en la intimidad de su propio corazón. El amor no es una realidad para explicar. Dios ha revelado que es amor a través de su obrar, a través de su “desmesurada caridad”, que le ha llevado a dar al hombre a su mismo Hijo único —sinónimo de amadísimo—, el cual a su vez ha entregado su propia vida expiando con la muerte el pecado del hombre. Su ofrenda es en verdad como la semilla que, una vez caída en tierra, produce mucho fruto.
Santo Evangelio:
Juan 15,9-17
*Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros."
Palabra del Señor.
Reflexión
La liturgia de hoy —como siempre— nos habla sólo de amor. «Dios es amor», y, por consiguiente, ¿qué otra cosa podría decirnos su Palabra o darnos su acción? Sin embargo, si la escuchamos con atención, hoy —y cualquier otro día—, este motivo único resuena con tonos nuevos. Sigámoslo a través de las lecturas para aprender a cantarlo con la vida.
El amor por parte del hombre empieza con la atención, con una intensa expectación dirigida a Dios y suscitada además por él. Empieza por el darse cuenta de que Dios nos ha amado primero, desde siempre, y no porque lo mereciéramos. Descubrirse amado significa, al mismo tiempo, reconocerse pecador perdonado. Este perdón no ha tenido para Dios — ¡el Omnipotente!— un precio irrisorio, pero precisamente así es como se ha manifestado el amor: «Dios nos ha manifestado el amor que nos tiene enviando al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él... envió a su Hijo para librarnos de nuestros pecados». El rostro amante de Dios nos ha sido revelado por el rostro de dolor y de gloria de Cristo. Y él nos invita a permanecer en su amor —el más grande, porque es la vida entregada— para poder gustar la comunión con el Padre.
Se nos pide, una vez más, que estemos «atentos»: el amor entregado y recibido nos implica en su dinamismo a cada uno de nosotros. Debe convertirse en nuestra entrega: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado», con una atención activa y constante para no dejar prevalecer la naturaleza egoísta en nuestro modo de sentir, pensar, hablar, obrar; con la tensión gozosa de poner al principio de todo el divino mandamiento. No es fácil para nadie en concreto...
Pero para eso precisamente se nos ha dado el Espíritu. Se nos propone una nueva atención de amor: intentar intuir en cada circunstancia los caminos que el Espíritu nos va abriendo delante, para que pueda desplegarse el amor y llegar a todo hombre. También Pedro se despojó a fondo de inveteradas convicciones para abrazar el designio de Dios: atento al Espíritu y a los hermanos, indicó a la Iglesia naciente el nuevo itinerario de amor, dejándonos a todos nosotros una huella de luz.
El amor de Dios se dirige a todos los hombres, ya no hay limitación alguna. La elección se extiende ahora a todos los hombres que creen. Basta con adherirse a Cristo en la fe, acoger el amor de Dios, que se nos comunica por medio de Cristo, para ser salvados de los pecados y vivir así en la alegría perfecta de la comunión de amor con Dios.
Debemos agradecer al Señor que nos haga partícipes de este proyecto suyo de amor, y ser conscientes de que debemos progresar continuamente en el amor. Debemos desarrollar en nosotros un amor verdaderamente universal, a fin de corresponder a nuestra vocación cristiana. La Iglesia es católica, es decir, está abierta y dispuesta para acoger en su seno a todas las naciones, para ponerlas en comunión con Dios y en comunión entre ellas.
Señor, me llamas a no quedarme pasivamente mirando cómo van las cosas del mundo, sino a imprimir, en las personas y en los sucesos, la fuerza de tu amor. Ayúdame a vivir a la altura de mi vocación cristiana. Bajo la protección de tu hijo y por el inmenso amor que me tienes, sé que lo puedo lograr.
Señor, hoy que se celebra el dia de la Madre, en la advocación de la Virgen de Fátima, me acerco a Ti en esta oración, necesito tu luz para a descubrir tu amor. Nunca dejes que me «acostumbre» a una vida de oración tibia, pasiva, egocéntrica. Ayúdame a mantenerme, como María, en plena comunión contigo.
Jesús, dame la gracia de amarte del mismo modo como te amo María, en la oración, la entrega y las obras.
Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.Amen,y Amen .
GRACIAS SEÑOR POR ESCUCHARNOS
Hermes Sarmiento G.
De Colombia
Cristiano católico
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Con el mayor de mis respetos.
Saludos, Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
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