“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28
Jesús hizo esta invitación a quienes le escuchaban con fe en sus corazones. Pero lo que Él les ofrecía no era un mero descanso físico, no era el simple reposo que se puede hallar, una tórrida tarde de verano, bajo la fresca sombra de un árbol. Ni siquiera la comodidad de un buen lecho en donde recobrar las energías perdidas. No era tan solo eso. Era mucho más. Cuando Jesús hablaba del descanso pensaba en aquellos que sufrían por dentro. Pensaba en todos los que, en lo profundo de sus almas, sentían el agobio de la vida misma. Aquellos que padecían humillaciones, abandonos, injusticias, la desesperanza tras una vida llena de sinsabores. Para ellos era lo que el Señor prometía. Descanso para sus almas y sanidad para las heridas del corazón.
Iglesia Nueva Vida | Av. Cabildo 3546
Pastor Edgardo Eliseiry