Libro del Corazon y del Reiki
KOKORO NO MAKI
En los manuales de budo era habitual que se incluyese este breve e importante escrito conocido con el nombre japonés de Kokoro No Maki, traducido al español como “Libro del Corazon”.
En él se exponen los siguientes principios:
- Cuando el corazón está lleno de cosas, el cuerpo se siente comprimido. Cuando está vacío, el cuerpo se expande.
- Cuando el corazón esta demasiado prevenid, se pierden el amor y respeto. Cuando se halla libre de resquemores, el amor y el respeto se acrecientan.
- Cuando el corazón esta colmado de pasiones innobles, los principios caen en el olvido, pero cuando no está sujeto a las pasiones, los principios se tienen muy en cuenta.
- Cuando el corazón es presuntuoso, las apariencias son falsas; cuando esta despojado de artificio, las apariencias son reales.
- Cuando el corazón se halla repleto consigo mismo, duda de los otros; cuando es desinteresado, tiene confianza en los otros.
- Cuan do el corazón esta colmado de errores, los demás parecen una amenaza permanente; si no hay errores, nada teme.
- Cuando el corazón desborda de obstáculos, lo que hace es daño a los demás; cuando carece de obstáculos, a nadie perjudica.
- Cuando el corazón esta pletórico de codicia, vive adulando; cuando no hay codicia en el, tampoco precisa adular.
- Cuando el corazón esta inundado por la ira, se pronuncian palabras crueles; cuando es ajeno a la ira, se dicen palabras de paz.
- Cuando el corazón esta lleno de paciencia, todo puede ponerse en orden; cuando es impaciente, todo se destruye.
- Cuando el corazón está saturado de soberbia, desconoce la bondad de los demás; cuando está libre de soberbia, lo que aprecia de los otros es precisamente la bondad.
- Cuando el corazón lo colma la avaricia, se convierte en un continuo demandante; cuando carece de avaricia, nada extra necesita.
- Cuando el corazón está repleto de fantasías, se cree que la culpa es de los otros; cuando no lo ocupan las fantasías a nadie censura.
- Cuando hay sinceridad en el corazón, es fácil sentirse dichoso; si no hay sinceridad, tampoco existe la dicha.