El deseo de sentirse alabado y reconocido es una señal reveladora de que el ego está prosperando. Es por ello que la humillación es una de las maneras más rápidas de ubicar y destruir el ego.
Hoy, acepta los momentos vergonzosos como tu forma de contribución al cambio global. Cuando suficientes personas comiencen a ver realmente cómo sus egos trabajan –y comiencen a destruirlos– alcanzaremos una masa crítica y el mundo cambiará.