El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero no contó con las barreras que habías construído.
El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero no contó que no le reconocerías porque:
No era cómo tú lo imaginabas,
Porque no se ajustó a tus falsos conceptos,
¡Pero que es esto! Es feo, es orgulloso, es soberbio,
Es chaparro, está gorda, es pobre, no tiene su futuro resuelto,
No es inteligente..en fín y todo lo que le puedas agregar...
El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero no contó encontrarte
en confusión y vacío.
El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero no contó encontrarte perdida en el dolor, la desilusión,
Y con tus sueños y esperanzas esfumados.
El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero no contó con que le rechazarias
y que nunca le abrirías el corazón
porque estabas en el mundo de los muertos en vida.
El amor llegó y tocó a tu puerta
Pero se marchó porque preferiste
permanecer empantanada en el dolor,
la ira, la culpa, la crítica y la confusión,
a permitir que con su inspiración
comenzaras una Vida nueva.
Muchos nos ufanamos al decir que "el Amor es ciego". Pero ciegos somos nosotros que no le reconocimos cuando llegó y tocó a nuestra puerta. Cuantos de nosotros estamos en espera del verdadero amor pero no nos damos cuenta por nuestra ceguera mental que el amor siempre ha estado en nuestras narices, pero como no cumple con nuestras expectativas que son tan altas y fuera de la realidad, no lo percibimos cuando está tan cerca y dentro de nosotros mismos.
Vivimos soñando como en los cuentos de hadas; las mujeres con su Principe azul y los hombres con la Princesa encantada. Pero no recordamos que ese Principe azul es un sapo, y la princesa una rana que reflejan nuestra personalidad, nuestros propios defectos y no es hasta que desarrollemos en nosotros mismos las cualidades que esperamos encontrar en la persona ideal, hasta que se rompe el encantamiento y nos convertimos nosotros mismos de sapos a Principes y de ranas a Princesas, y por Ley de atracción y afinidad atraemos a la persona de nuestros sueños.
Soltemos el resentimiento, la culpa y la crítica a nosotros mismos que son los patrones más destructivos que tenemos. Dejemos de culpar a los demás por no ser como nosotros quisieramos por no ajustarse a nuestras normas que tampoco se ajustan a nuestra realidad. reconozcamos nuestras fallas y trabajemoslas convirtiéndolas en cualidades. La primera cualidad sería Aceptación seguidas de humildad, justicias amor y verdad.
Fco.Gustavo Febrero del 2003