Abro mi mente a las ideas divinas y nuevos canales de provisión son revelados.
Al pagar las cuentas, quizás me sienta frustrado por la relación entre mis ingresos y gastos. Si oro por prosperidad y digo afirmaciones, ¿por qué las leyes creativas de la abundancia no funcionan para mí?
Porque estoy enfocando la prosperidad creyendo en la escasez. Mi enfoque está en lo que percibo como necesidades. Y, aquello en lo que pongo mi atención, aumenta. Si me centro en lo que falta, lo que hago es crear más necesidades. Así que mantengo mi enfoque en el Espíritu morador. Aprecio cómo la prosperidad ya está presente en mi vida. Abro mi mente a las ideas divinas, las cuales inmediatamente me guían a nuevos recursos y canales. ¡La prosperidad viene a mí de maneras nuevas y maravillosas!
Yo, el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos, para dar a cada uno según sus caminos según el fruto de sus obras.—Jeremías 17:10