La Voluntad del Padre
Con frecuencia consideramos como Dios utiliza todo tipo de
circunstancias para acercarnos a Su lado. El propósito de mantenernos a
Su lado es por último ser transformado a la semejanza de Su Hijo y
tener una relación íntima con El por toda la eternidad. Pero
inicialmente, el propósito de acercarnos es para que podamos conocer a
Su Hijo.
El reino de Dios esta abierto solamente a aquellos quienes han creído
verdaderamente en Jesús. Podemos pensar que esto es “intolerante”, pero
si profesamos que la Biblia es verdad, no puede haber otra conclusión:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso
el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por
ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la
vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14). Nuestro Padre nos
esta acercando porque la puerta estrecha solo esta abierta para
aquellos que son conocidos por Su Hijo.
Mateo 7:21-23
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad.”
Claramente, ser “bueno” no nos garantiza que somos conocidos por Jesús.
Tampoco asistir a una iglesia, leer nuestra Biblia, enseñar escuela
dominical o aún escribir mensajes devocionales! Jesús sabe, y quita el
pecado de solamente “el que hace la voluntad de mi Padre.”
Afortunadamente, Jesús también nos dice exactamente como hacer la
voluntad de Su Padre: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que
todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le
resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40). La voluntad de nuestro
Padre Celestial es verdaderamente conocer y ser conocido por Su Hijo.
Todas las cosas maravillosas que hacemos en el nombre de Jesús cuentan
absolutamente por nada para ganarnos el regalo de la vida eterna. El
que cree verdaderamente en un Señor resucitado y glorificado
ciertamente deseará repentirse de su vida de pecado y servir
obedientemente; “y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es
digno de mí” (Mateo 10:38). Pero la entrada por la puerta estrecha de
la vida eterna está basada SOLAMENTE en la creencia sincera, no en los
resultados de la creencia.
Debemos llevar este mensaje a todo el mundo y, aún mas importante,
debemos recibir este mensaje en nuestro propio corazón! Todo lo “bueno”
de nosotros será quemado y echado a un lado si primeramente no hemos
puesto todo nuestra vida en Sus manos. El nos esta atrayendo porque
creer en Jesús es a la misma vez necesaria y suficiente para nuestra
Salvación. El nos esta llamando e invitandonos a someternos a la
voluntad del Padre.
Creencia que Salva
En el mensaje "La Voluntad del Padre" vimos que no todos los que hacen
grandes cosas para Dios entrarán al Cielo, sino "sólo el que hace la
voluntad de mi Padre" (Mateo 7:21). Mas adelante vimos que la voluntad
del Padre es "que todo el que reconozca al Hijo y crea en él, tenga
vida eterna" (Juan 6:40). Nos han dado el regalo de la vida eterna por
nuestra creencia (o fe) en Jesús, no por CUALQUIER cosa que hacemos;
"todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia"
(Isaías 64:6).
La salvación es un regalo para aquellos que creen y nunca puede ser
ganado. Pero...es necesario que entendamos que significa creer y que
cambios habrán cuando creemos. "¿Tú crees que hay un solo Dios?
¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan" (Santiago 2:19).
Una creencia salvadora es mucho mas que reconocer la existencia de Dios
o aún la existencia de Su Hijo - ¡aún los demonios creen esto!
La creencia en Jesús no es solamente un entendimiento intelectual.
Creer implica someternos con humildad. Nunca “reconoceremos al hijo” al
menos que primeramente reconozcamos nuestra condición, que estamos
eternamente perdidos debido al pecado; y nunca verdaderamente
"creeremos en El" hasta que aceptemos nuestra inhabilidad completa de
salvarnos a nosotros mismos. Un hombre que se está ahogando no buscará
ayuda hasta que primeramente acepte su necesidad de ser rescatado.
Para ser rescatado, tenemos que creer tan completamente que abandonamos
todos los otros tipos de rescate y nos aferramos al Único que
verdaderamente puede salvar; "cualquiera de ustedes que no renuncie a
todos sus bienes, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:33). Despojarnos
de todo no nos puede salvar, pero la creencia verdadera revela la
naturaleza trivial de nuestras ataduras mundanas y crea un
entendimiento de que todo pertenece a El. Veremos nuestra vida como una
vivida por El y haremos TODO para Su gloria.
Santiago 2:14,17
"Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene
obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?...Así también la fe por sí sola,
si no tiene obras, está muerta."
La creencia tiene que producir un cambio en nuestras vidas o sabremos
que no es una creencia verdadera - es nada mas que un entendimiento
intelectual muerto! En el momento que realmente creemos, somos
"marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido" (Efesios
1:13), y llegamos a ser "una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha
llegado ya lo nuevo!" (2 Corintios 5:17). ¡Creencia crea cambios a
través de la obra del Espíritu Santo!
Si nos hacen falta evidencias de una vida cambiada, no nos podemos
enfocar en crear el cambio. Este tipo de cambio llegará a ser "trapos
de inmundicia." Si nos hacen falta evidencias, debemos volver a la cruz
y poner TODA nuestra confianza en Jesús, creyendo que El ya pagó el
castigo por nuestros pecados y que nos ha otorgado el pasaje a través
de la puerta estrecha a la vida eterna. De la manera que entregamos
control a nuestro Padre Celestial, fruto y obras buenas abundarán.
Nuestra vida será cambiada por siempre, pero solamente si comenzamos
con una creencia que salva.
Que tenga un buen día!
Steve Troxel
Ministerios La Palabra Diaria de Dios
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