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Bueno, debo repetirte que con los amigos que más me identifiqué fueron con Pancho y con Manuel, pues los tres nos sentíamos llamados a triunfar como cantantes o como artistas o ya de perdida como practicantes de algún deporte como el Karate o ciencias afines. Así las cosas, como teníamos a unos cincuenta metros de la parte derecha de mi casa unas fincas cafetaleras y naranjeras, pasábamos las horas haciendo nuestras esas fincas, con todo lo que en ella había, disfrutando de su variedad de naranjas, jinicuiles, plátanos, nísperos, etc. platicando y pasándonos de un árbol a otro como unos tarzanes cualquiera ( por no decir como changos ), y soñando cada uno con su aspiraciones y metas.
Así transcurría nuestra vida entre el llanito y las huertas, entre fincas y praderas, entre juegos, sueños, aspiraciones y estudios. Referente a los estudios, recuerden lo que les platiqué acerca de ellos, pero lo que no les dije, ¿ o sí? es que en la primera secundaria reprobé los dos años que estuve en ella, es decir, no sólo no pasé al segundo año, sino que nunca terminé siquiera el primer grado, esto, provocado según yo, porque la primera vez que falté a una clase, el profesor hizo cera y pabilo de mi por esa causa, por lo que a la siguiente falta que tuve por algún motivo, ya no quise presentarme en su salón, ocasionando que inclusive, perdiera interés en las demás materias, esta actitud por supuesto me trajo problemas con mi papá porque anteriormente había hecho lo mismo y él me había dado otra oportunidad que no supe aprovechar.
Pancho también tenía problemas con su familia y Manuel también, así que decidimos que lo mejor era abandonar nuestros hogares y empezar en otro lugar, es decir, empezar en la ciudad de México como artistas o cantantes, ya que nos considerábamos profesionales en el canto y que además no estábamos de malos bigotes, por lo que el triunfo nos esperaba, ya que en una de nuestras aventuras en un carnaval de Verácruz, donde siempre nos divertíamos sin dinero porque no llevábamos y que llegábamos como casi a cualquier parte, de aventones, así, cuando se llegó el momento para volver a Xalapa, solicitamos uno de ellos, y la persona que nos trajo dijo ser un famoso director de teatro en México y nos invito, después de conocer nuestras inquietudes artísticas y en caso de ir a México, a buscarlo en una dirección determinada y que él nos ayudaría a lograr nuestros sueños de grandeza.
Una noche oscura y tenebrosa, (no es cierto) en la que no recuerdo la fecha, pero que sin duda era el mes de diciembre por lo fuerte del frío, acordamos Pancho, Manuel y yo, empezar a llevar a cabo nuestras aspiraciones artísticas, por lo que decidimos irnos a México esa misma noche, por tren, por supuesto sin el conocimiento de nuestros padres, y como carecíamos de dinero, Manuel sugirió que Pancho y yo nos fuéramos a Tepeyahualco, Pue. y allí lo esperáramos en lo que él conseguía dinero para nuestra gloriosa y sin duda fácil aventura. Así lo hicimos y Pancho y yo y llegamos a Tepeyahualco con unos familiares de mi papá y allí lo esperamos; mientras tanto pensábamos como divertirnos para pasarla bien mientras Manuel llegaba.
Por lo regular, siempre que llegábamos al "rancho" éramos bienvenidos sinceramente por mis familiares, y era pachanga tanto para ellos como para nosotros pues mientras ellos nos atendían a cuerpo de rey, nosotros les contábamos las novedades en la ciudád; Normalmente parábamos en la casa de mi tío Manuel "el chico" y su esposa Rosa.
Mi cuate Pancho y yo nos acomodábamos en el establo en el que había un cuarto que nos servía de dormitorio. Después del desayuno, salíamos a cabalgar en las arenosas calles del pueblo sobre los hermosos caballos que mi tío tenía.
Josè Luis HC.