BARQUITOS
Se cuenta que una noche navegaba por el mar un barco. De pronto, recibe por radio la indicación de apagar las luces y seguir una luz más potente, que le señalaba otro rumbo. El capitán no quiso hacerle caso. Siguió su ruta.
Pero volvió a oír el llamado, una y otra vez... finalmente, discutieron. Él dijo: - Yo soy el capitán del barco y el barco irá por donde yo decido. Entonces, recibió ésta respuesta: Si usted es el capitán del barco, le digo que yo soy el guardián del faro. Y le digo que, si continúa en ese rumbo, se estrellará contra unos arrecifes. Ahora, siga la luz del faro, que lo conducirá a salvo.
¿Qué crees que hizo el capitán? Se calló la boca, y obedientemente siguió al que lo guió a puerto seguro.
Nuestras vidas son como barquitos en el mar de la vida. Cada uno es el capitán de su barco, y lo va llevando como mejor le parece. Algunos eligen bien, otros más o menos, otros hacen elecciones que hacen que su barquito se estrelle contra las drogas, el alcohol, las enemistades...
¿Cómo podemos estar seguros de no naufragar?¿Cómo podemos estar seguros de llegar a buen puerto?
¡ABANDONANDO EL MANDO!
Como ese capitán se dejó guiar por el vigía del faro, podemos dejarnos guiar por la Palabra de Dios.
Que Dios te bendiga ricamente amigos.
Con amor siempre tu amiga.
Proverbios 11:12
El que menosprecia a su prójimo carece de entendimiento,
pero el hombre prudente guarda silencio.