Vivir, es vibrar cada instalante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación de Dios que nos rodea.
Vivir, es entender que cada minuto que transcurre ¡no volverá!
Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir, es aprender más cada día, es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar una ofensa, es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
( Fil 1:21=22 )
1:21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 1:22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Atentamente
|