JESÚS ELBUEN PASTOR
Cuando David escribió el Salmo que conocemos como el Salmo 23, quizás no se imaginaba lo mucho que afectaría a la humanidad.
¿Por qué este salmo ha llegado a ser tan conocido? Porque en lo profundo de nuestro corazón, todos sabemos que somos como las ovejas.
Y el consuelo que podemos derivar de sus expresiones, es tan consolador como si nuestro propio pastor Jesucristo, nos llevara en sus brazos.
La Biblia frecuentemente se refiere a los cristianos como ovejas. Consideremos algunos hechos concernientes a las ovejas y pensemos como se pueden aplicar a nosotros.
“Las ovejas no tienen defensas“ Casi toda la creación de Dios cuenta con alguna clase de mecanismo de defensa, ya sean garras´dientes, color especial o velocidad, fuerza o sentidos agudos.
Pero las ovejas no tienen nada de eso.
Son débiles, lentas y torpes.
No pueden gruñir.
La única protección viene de su pastor.
“Las ovejas tienen dificultad de encontrar pastos y agua”
Dependen totalmente de su pastor para alimentarse.
Si no lo consiguen, comen hierbas venenosas y mueren.
Nosotros igualmente, debemos depender del Señor, para no alimentarnos de todo aquello que nos contamina y nos lleva a la muerte.
“La ovejas se asustan fácilmente” Asustarse las puede llevar a actos que ponen en peligro su vida.
Así que su pastor trata de mantenerlas en calma, cantando y estando cerca de ellas.
Nosotros también nos asustamos o caemos en pánico ante el mas mínimo peligro.
“Las ovejas tienen mal sentido de dirección” Se extravían fácilmente aún en su propio territorio.
Nosotros actuamos de manera similar, no podemos ser nuestro propio guía; necesitamos confiar en nuestro Pastor, oír su voz y obedecer para transitar por sus caminos., para no perdernos por los oscuros atajos del mundo.
“Las ovejas no pueden asearse muy bien” El Pastor es quien las mantiene limpias.
Nosotros también por naturaleza estamos sucios, por el pecado.
Solamente nuestro Pastor nos puede limpiar.
Es verdad que muchas veces No nos halaga que nos comparen con la ovejas.
Podemos escoger ser orgullosos y cerrar los ojos a la verdad o volvernos a nuestro pastor en dependencia amorosa, seguros de su cuidado y amor constante.
Dios no nos consuela para que estemos confortables, sino para hacernos consoladores.
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran Pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la Gloria por los siglos de los siglos, Amen.”
Hebreos 13:20-21.
20 Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.