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EL PAN NUESTRO DE CADA DIA, DANOSLO HOY"
"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy..."—Mateo 6:11
Desde hace unos meses el Espíritu Santo me ha estado hablando del "pan de cada día". Las instrucciones que me dio fueron de ver como Él suministraba la provisión diaria. Yo no debía estar pendiente de lo que necesitaba para mañana, sino fijarme en el día de hoy. Podía tener esperanza para mañana, pero no afanarme acerca de ello. Hasta comenzar este ejercicio no me había dado cuenta de la gran cantidad de tiempo que había estado pasando preocupándome por el mañana.
"Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal."—Mateo 6:25-34
Todos los días hago una pausa y reflexiono sobre nuestro pan diario. ¿Tiene mi familia suficiente comida para este día? ¿Está vestida hoy mi familia? ¿Tiene hoy cobijo mi familia? Hasta ahora, la respuesta a todas estas preguntas ha sido "SÍ". Seguro que si alguien le preguntara a nuestros adolescentes (o a veces, incluso a mí) podrían añadir "Sí, pero…" porque tal vez quieran más ropa, o comida comprada de un restaurante, o una casa con piscina—pero nuestros deseos no cambian el hecho de que tenemos nuestro pan de cada día.
Los deseos no son malos. A Dios le encantan nuestros sueños y deseos, pero Él está rompiendo los moldes del "afán" en las vidas de Su pueblo. Él nos está enseñando a ser agradecidos porque son suplidas nuestras necesidades diarias. Ha sido una maravillosa experiencia estos últimos meses al comenzar a sentirme realmente agradecida por nuestra provisión diaria. En realidad, al hacer esto, me he dado cuenta de lo mucho que tenemos en realidad.
Todos los días puedo darme una ducha caliente. Tengo muebles cómodos en los que sentarme a diario. Tengo luces que nos mantienen alejados de la oscuridad. Tengo vehículos que me llevan donde quiero ir, tiendas de comestibles cerca para comprar alimentos (no tengo que "arar la tierra" para cultivar mi pan diario)… y muchísimas cosas más. ¿Tenemos necesidades? Pues claro, pero ahí es donde viene Dios y toma la carga de nuestras necesidades.
EL TEMOR PRODUCE PREOCUPACIÓN
El mes pasado escribí un artículo titulado "Cómo eliminar las raíces del temor" en el que abordaba el modo de vencer las cuatro maneras en que el temor se manifiesta en nuestras vidas. El afán es fruto del temor, y es un fruto malo. Yo sólo quiero buen fruto en mi vida. Como pone en Mateo 6, la preocupación no sólo es incapaz de añadir una sola hora a mi vida, sino que además nos roba muchas horas de nuestras vidas. Por cada hora que pasamos afanados, es una hora que hemos perdido viviendo en el gozo de nuestra salvación. ¿Realmente nos preguntamos si para nuestro Padre Celestial somos más importantes que las aves del cielo?
Si la Biblia lo dice, entonces será verdad, y podemos creerlo con confianza. No es suposición ni vana esperanza: es la verdad absoluta. Podemos declarar con confianza sobre nuestras vidas "Soy muy importante para Dios y Él me ama y provee para mí".
En Mateo 6 recibimos instrucciones de "buscar primero Su reino y Su justicia"… Entonces todas nuestras necesidades serán suplidas por añadidura. Esto es lo que nuestro enemigo no desea que hagamos. Satanás está siempre intentando mantener al pueblo de Dios en preocupación e incredulidad acerca de nuestro "pan de cada día" para que el Reino y la justicia de Dios no se manifiesten en nuestras vidas y en la tierra. Es esencial que aprendamos a confiar realmente en la fidelidad de Jesucristo y a obedecerle cuando Él dice: "No te afanes".
LA OBEDIENCIA ES JUSTICIA
" Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos."—Deuteronomio 6:25
Dios no desea mantener sujetos a Sus hijos en una corta correa ni detrás de una valla protectora, sino que en Su bondad no desea que nos hagan daño, por lo que nos mantiene ocultos o limitados hasta aprender la obediencia (que será nuestra justicia).
"Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. Obedece sus preceptos y normas que hoy te mando cumplir. De este modo a ti y a tus descendientes les irá bien, y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor su Dios les da para siempre".—Deuteronomio 4:39-40.
CONFIAR Y OBEDECER… NO HAY MEJOR CAMINO
La letra del antiguo himno "Confíar y obedecer" nos recuerdan la libertad que recibimos cuando dejamos atrás las cargas y preocupaciones de este mundo, descansando en la postura de confiar y obedecer. Todos los padres entienden esto porque disfrutamos de que nuestros hijos estén seguros al confiar y obedecer tanto a sus progenitores como al Señor. Así es Dios con Sus hijos…nuestra confianza y obediencia le traen gran gozo. Démosle a Dios el gozo que Él merece, aprendiendo a confiar y a obedecer.
Para andar con Jesús no hay senda mejor
Que guardar sus mandatos de amor; Obedientes a El siempre habremos de ser, Y tendremos de Cristo el poder. Coro: Obedecer, y confiar en Jesús, Es la regla marcada Para andar en la luz. Cuando vamos así, ¡cómo brilla la luz En la senda al andar con Jesús! Su promesa de estar con los suyos es fiel, Si obedecen y esperan en Él. Quien siguiere a Jesús ni una sombra verá, Si confiado su vida le da, Ni terrores ni afán, ni ansiedad ni dolor, Pues lo cuida su amante Señor. Mas sus dones de amor nunca habréis de alcanzar, Si rendidos no vais a su altar, Pues su paz y su amor sólo son para aquel Que a sus leyes divinas es fiel. Escrito por Kathi Pelton Bendiciones Amados Hermanos paz y bien de Jesucristo
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