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Un buen ejemplo de alguien que tomó riesgos fue Abraham (originalmente conocido como Abram). A pesar de que los riesgos que Abraham tomó fueron enormes, los mismos fueron medidos y balanceados porque él conocía el carácter de Dios. Él confiaba en Dios.
Leamos Génesis 12:1-5
- ¿Cómo piensa que se sintió Abraham cuando Dios le pidió dejar su país?
- ¿Existe un riesgo mayor que dejar su hogar y familia, donde uno se siente seguro y a salvo, para salir hacia lo desconocido?
- ¿Qué podemos aprender de la actitud de Abraham al acordar salir hacia lo desconocido?
Más tarde, a Abraham se le presenta una situación en la cual, esta vez, debe arriesgar la vida de su propio hijo Isaac, a pesar de ser el hijo que le había prometido Dios (Génesis 18:10).
Leamos Génesis 22:1-18
Cuando Abraham obedeció la voz de Dios y subió a la montaña para ofrecer a su hijo como sacrificio, él demostró su fe en Dios.
- ¿Por qué sacrificar a Isaac pareciera ser algo incorrecto?
- ¿De qué manera Abraham demostró su fe?
Considere Hebreos 11:8-12.
- ¿Por qué Abraham pensaba de esta manera?
Tomar riesgos medidos y balanceados es una prueba de nuestra fe en Dios. ¿Estamos preparados para tomar riesgos por Dios cuando Él nos pide hacerlo?
¿Qué riesgo Dios nos está pidiendo tomar ahora, para que su nombre sea glorificado y su reino extendido?
La fe de Abraham, que lo llevó a estar de acuerdo en tomar grandes riesgos por Dios, le mereció el nombre de ‘amigo de Dios’. Por lo tanto, no tengamos miedo de tomar riesgos cuando Dios nos pida hacerlo. No debemos temer, si los riesgos que tomamos están basados en nuestra fe en el Dios que todo lo puede.
Bendiciones
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