Esa herencia prometida es las que nos hará ser libres, libres de las cadenas de opresión que nos mantienen esclavizados a las obras, ambiciones, angustias, placeres, pensamientos mundanos y tradiciones religiosas; así, que si alguien quiere ser más que los demás, que no busque su propio provecho y se haga servidor de todos dando de gracia lo que de gracia reciben, así Dios proveerá al hombre de todo lo necesario al pedírselo en el Nombre de Jesús, o a Jesús mismo, ya que al hacerlo en su Nombre, Jesús, estaremos glorificàndolo a él y por lo consiguiente estaremos glorificando al Padre, lo que hará que disfrutemos de su Reino abundantemente en este mundo y de la vida eterna en el mundo venidero.
Recordemos que de lo que se trata a través de estas reflexiones y consideraciones, es el de interesarnos para introducirnos en la lectura, estudio, reflexión y meditación de la Palabra de Jesús plasmada en el Nuevo Testamento fortaleciendo nuestra fe para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad su Palabra en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y así, lleguemos a estar no sólo juntos y unidos manos con manos, sino a estar unidos y unánimes en la obediencia a la voluntad de Dios.
Si a usted le ha parecido escuchar el llamado de Jesús para conocerlo conforme al discernimientos de su Palabra en su esencia espiritual y quiere ser libre para despertar a la vida verdadera, lea, estudie, reflexione y medite profundamente en las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento para que la voluntad de Dios a través de los Dones y el Fruto del Espíritu sean en usted.