Cuando era pastor en la primera iglesia una mujer llamada Park Su Mi se convirtió al Señor. Su esposo habia muerto durante la lucha de la invasión japonesa, del que le quedaron dos hijos. Al conocer al Señor cantaba danzaba, aplaudia, y todo era alegria. Antes todas las noches eran de llanto, pero con Jesús todo era felicidad, hasta que un dia vino a ami muy deprimida y me dijo: Pastor, ya no podré asistir a la iglesia. Usted asistia a las vigilias, oraciones de madrugada, los domingos cómo puede decir algo asi? Ella respondio: Es que cuando se vende en la calle,tenemos que mentir mucho; decir que las cosas son frescas cuando no lo son, decir que es buen precio cuando es caro. Pero antes de venir a la iglesia no me importaba mentir, pero desde que fui a ella todos los dias me siento culpable! Debo educar a mis hijos y no puedo dejar de trabajar, para éso debo seguir mintiendo. Asi que después de terminar con su educación volveré a la iglesia. Yo le atajé y le dije; Esto no es posible, al creer en Cristo nadie se vuelve un ángel. cambiamos porque fuimos salvos, no es que somos salvos por cambiar! La lucha con nuestra carne sigue y el diablo busca que claudiquemos. Asi como los niños; cuando nacen de a poco crecen y se desarrollan. Los cristianos crecen de a poco y se santifican de a poco. Solo debemos creer y el Espiritu Santo nos ayudará. Nadie se llena la panza con una cuchara de comida, asi que siga mintiendo y vendiendo. Ella abrió grande los ojos! Qué? puedo seguir mintiendo. Claro que no es asi pero yo le permiti ja ja ja! y de noche venia y pedia perdón pidiendola que la ayudara a ganar dinero sin mentir. Y empezó a sonreir de nuevo. Poco a poco fue siendo más honrada, asi que corrió el rumor: las mercaderias de la Sra Park Su Mi son autenticas, ella no miente; y la gente empezó a comprar más de ella que de otros. Un dia vino y me dijo: Pastor,ya no necesito mentir para trabajar. Dios me ayuda! Luego se volvió diaconisa, y anciana de la iglesia. Mandó a sus dos hijos a EE.UU a estudiar y se fue a vivir con ellos alla. Pastor Yonggi Cho