TU VIDA ESTA REGISTRADA
ABRIL
DIA 22
Lectura: 2 Reyes 23-25
En 2 R.23 El rey Josías, tuvo la valentía de, sacar del templo todos los utensilios para Baal. Quitó los sacerdotes idolatras. Sacó la imagen de Asera; derribó los lugares de prostitución idolátrica. Hizo venir a los sacerdotes de Judá. Profanó los lugares altos; derribó los altares. Prohibió que no pasarán por fuego a los hijos. Quemó los carros que daban culto al sol. Quitó los templos altos y celebró la Pascua a Jehová.
Posteriormente muere Josías y lo sepultan en Jerusalén. Surge otro rey, Joacaz, “Hizo lo que ofende al Señor”; fue llevado preso en Ribla para que no reinara, y el faraón Necao colocó como rey, a Eliaquim, hijo de Josías, al que le puso otro nombre, el de Joacim; éste impuso impuesto duro al pueblo para pagar tributo al faraón Necao.
En 2 R.24 Nabucodonosor se encargó de invadir y tomar cautiva a Jerusalén, este poder le dio el Creador, en su soberana voluntad y Señor de la historia. Luego viene a reinar en Jerusalén y Judá, Joaquín, quien hizo lo malo ante Dios, este rey se rindió al rey de Babilonia; quien sacó de la casa real y de Jehová, todos los utensilios de oro; y coloca a Matanías como rey en lugar de Joaquín. Diez mil cautivos fueron llevados a Babilonia, de allí surgiría el profeta Daniel.
En 2 R.25 ¿Qué le sucedió a Jerusalén? Las casas: de Jehová, del rey, príncipe y el pueblo; fueron incendiadas. Derribaron los muros y llevaron al pueblo, cautivo a Babilonia. Colocan a Gedalías como el gobernador del pueblo, pero lo asesinaron. Surge Joaquín, un rey que no agradó a Dios; pero es liberado por el nuevo rey de Babilonia. La amnistía concedida al rey Joaquín en el exilio introduce una nota de esperanza en este dramático final. La destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia no son la última palabra. La supervivencia de la dinastía davídica en Babilonia anuncia un gran porvenir (RV95)
Cada acto tuyo esta registrado en el libro de la vida, por eso teme a Dios y obedece su Palabra. Ora e invierte en este Ministerio para edificar tu vida.
OREMOS:
Padre perdóname mis desaciertos y guíame a honrarte siempre.
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