John Wickliffe
(Hipswell, Yorkshire, circa 1320 - Lutterworth, Leicestershire, 31 de diciembre de 1384), un traductor, teólogo y reformista inglés que fundó el movimiento que se conoce como Lolardos y considerado por muchos autores como el padre espiritual de los husitas y, en última instancia, de los protestantes. También fue una de las primeras personas en realizar una traducción de la Biblia en latín, conocida como la Vulgata, directamente a una lengua vernácula, en este caso, el inglés, en 1382.
Su vida se sitúa en la Inglaterra del siglo XIV, donde, tras su formación personal, accederá a la cátedra de Teología en la universidad de Oxford.
en 1378 accede a la Corte Inglesa, siendo el protegido personal del Duque de Lancaster y tutor personal del rey Ricardo II de Inglaterra de 1367 a 1400.
Es en esa época donde inicia sus críticas radicales y polémicas hacia la institución eclesiástica, evitando, en varias ocasiones, y gracias a sus contactos, ser procesado personalmente, por su catalogación de "anticristo" por el propio pontífice romano.
En 1377, Wiclif fue llamado por el obispo de Londres, Guillaume Courtenay, para que expusiera su doctrina. El interrogatorio se terminó cuando, Jean de Gand, que había acompañado a Wyclif, se encontró en medio de una refriega con el obispo y su entorno. El 22 de mayo de 1377, el Papa Gregorio XI publicó numerosas bulas acusando a Wyclif de herejía. En el otoño de ese mismo año, el Parlamento le pidió explicaciones sobre el carácter legal de la prohibición hecha a la Iglesia de Inglaterra acerca de transferir sus bienes al extranjero por orden del Papa. Wyclif confirmó la legalidad de dicha prohibición.
En 1378 fue convocado de nuevo por el arzobispo de Canterbury, Simon de Sudbury. Wyclif recibió sólo una pequeña sanción gracias a sus relaciones privilegiadas con la Corte.
En ese año niega la transubstanciación en la eucaristía, lo cual crea un profundo escándalo en la sociedad inglesa, que le supuso su expulsión definitiva de la corte y de su cátedra universitaria.
Durante 1378, Wyclif y sus amigos de Oxford empezaron la traducción al inglés de la Vulgata, desafiando la prohibición de la Iglesia.
En 1379, Wyclif repudió la doctrina de la transubstanciación (cambio de la sustancia del pan y del vino en la sustancia del cuerpo y la sangre de Jesucristo). Esta toma de posición tan atrevida suscitó tal reprobación que Jean de Gand le retiró su apoyo. En 1380 Wyclif envió a sus discípulos, a las ciudades para que dieran a conocer sus tesis religiosas igualitarias. Los predicadores se encontraron, en todas partes, con una gran audiencia y Wyclif fue acusado de sembrar el desorden social. Sin embargo, él no se implicó directamente en la sublevación de los campesinos en 1381, aunque es probable que sus doctrinas influyeran en ellos.
En 1382, Couternay, nombrado arzobispo de Canterbury, llevó a Wyclif ante un tribunal eclesiástico que le condenó por hereje y determinó su expulsión de Oxford. Wyclif se retiró a su parroquia de Lutterworth.
En 1382 el entonces Arzobispo de Canterbury, Courtenay reúne un sínodo para analizar detenidamente las teorías de Wycliff, que son definitivamente condenadas como heréticas, y nuevamente, gracias a sus contactos, se salva de la cárcel, en un momento en que sus seguidores, los lolardos, empiezan a surgir.
El duque de Lancastrer, el pueblo londinense y, durante un tiempo, las órdenes mendicantes sostuvieron sus ideas que fueron propagadas por Inglaterra por los predicadores itinerantes. Sus ataques contra el papado le costaron la condena de Roma En 1384, Wyclif murió totalmente solo.
A John Wycliffe, el Concilio de Constanza lo declaró culpable de herejía en 1414 y se ordenó la quema de sus libros, así como la exhumación de su cuerpo y la quema de sus huesos, cuyas cenizas serían tiradas al río Swift a su paso por Lutterworth.