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De: LEO-MARI (Mensaje original) |
Enviado: 17/07/2010 21:18 |
PECADOS
" Descarriados hemos ido del camino de la verdad, no nos ha alumbrado la luz de la justicia, ni para nosotros ha nacido el sol de la inteligencia. Nos hemos fatigado en seguir la carrera de la iniquidad y de la perdición, andado hemos por senderos fragosos, sin conocer el camino del Señor." ( Sabiduría, 5:6-7).
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Apartémonos del pecado, enderezando nuestras acciones y limpiando el corazón de toda culpa.
Al convertirnos al Señor, abandonamos los vicios volviendo la espalda a la iniquidad y aborreciendo todo lo que es abominable, y Dios con su gran misericordia y clemencia, es benigno con los que a él se convierten y se esfuerzan por cumplir con la ley del Amor.
LUJURIA
La lujuria es una aficción a los placeres de la carne. El lujurioso vive lo obsceno mostrándose sensual y lascivo. En éstos tiempos modernos, en muchos, el pudor se fué perdiendo de a poco, y ganando la lujuria. No nos dejemos arrastrar de nuestras pasiones y aprendamos a contener nuestros deseos lujuriosos.
" Por la hermosura de la mujer muchos se han perdido, y por ella se enciende cual fuego la concupiscencia." ( Eclesiástico,9:9).
Dios bendijo al hombre y a la mujer con el amor que lleva por consiguiente a la unión sexual. Ambos deben disfrutar de ese sano placer buscando el amor divino en él. En esa comunión con Dios es cuando se encuentra el verdadero amor respetando a su cónyugue sin tomarlo como un objeto de placer. Dios nos dió la sexualidad para que la vivamos desde el corazón, no desde la carne, porque es desde allí donde empieza a funcionar la lujuria dominando y envileciendo al hombre.
Hermanos, la Ciudad de Sodoma, fué víctima de sus propios deseos: lujuria y perversión, debemos liberarnos de esa prisión totalmente, viviendo la sexualidad en una forma sana y placentera, ya que el sexo no es malo, sólo que no debemos vivirlo lujuriosamente.
LEONOR
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La honestidad es como el mortero para encolar los ladrillos de la civilización. Sin la honestidad, es difícil comerciar en cualquier tipo de economía. No puede existir la fianza entre los comerciantes. Sin la honestidad, es dudable que tengamos una familia feliz. El amor sufre por la desconfianza. Sin la honestidad, la política es impeligrada. Los ciudadanos no confían en los gobernadores, tampoco los gobernadores en los ciudadanos. Sin la honestidad, la erudición objectiva y la investigación imparcial desvancen. En su lugar, solo quedarían las sospechas, las dudas, y la desesperación. ¿Cómo decidir las cuestiones más importantes de la vida si todas las fuentes de información son corrompidas? Por lo tanto, la honestidad es la virtud principal sobre la cual todos los otros valores éticos descansan.
Predicando el reyno de DIOS. y enseñando acerca del señor
JESUCRISTO, un sinfin de bendiciones Leo Marí, atentamente...
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