La paz y la unidad deben ser una meta primordial de la iglesia. Incluso, debemos ayudarnos y cuidar los unos de los otros. Si vemos una hermana o hermano en el Señor que se enoja o se altera, debemos ayudarlo en lo posible a restaurar su paz. Este debe ser uno de los significados de la instruccion biblica de ser "pacificadores". Nunca olvide que el conflicto destruye las relaciones a todo nivel y en cada parte de nuestras vidas. Joyce Meyer |