Acércate a Él
“¡Demos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Él es un Padre bueno y amoroso, y siempre nos ayuda. Cuando tenemos dificultades, o cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas”.
2 Corintios 1:3-4 (Traducción en lenguaje actual)
Hace días mientras compartía un momento en familia, recuerdo que estábamos en la sala de mi casa, específicamente sentados en uno de los sofás y Uziel mi pequeño hijo (2 años, 5 meses) hizo algo que no tenía que hacer. En ese momento le llame la atención, cambie mi tono de voz porque esa es la forma de cómo él se da cuenta que lo que hizo no era correcto y le dije que no tenía que hacerlo.
Está claro que se lo dije en buena forma, con la única diferencia de mi cambio de tono en mi voz. En ese momento, el dejo de hacer lo que hacía, se paro, bajo sus brazos y manitas y también bajo su rostro viendo hacia el suelo, mientras con su carita hacia un gesto como de sentirse mal porque sabía que le había llamado la atención.
Ver en ese momento los gestos de su carita o la forma en el que él estaba actuando me llevo a explicarle porque le había llamado la atención y del porque no quería que hiciera eso. Estaba como a metro y medio de mí, yo lo llamaba que viniera hacia mi pues le quería dar un abrazo, mientras él no quería, no es que estaba enojado, sino que su rostro reflejaba que estaba apenado por hacer algo que no tenía que hacer. Yo que soy su padre lo conozco a perfección, conozco sus gestos y sus formas de actuar, al percatarme que él estaba apenado y que eso le evitaba acercarse a mí para que le diera un abrazo, Dios me ministro y me hizo ver que lo mismo pasa con nosotros.
¿Cuántos de nosotros después de hacer algo que no teníamos que hacer, nos hemos sentidos tan avergonzados que esa misma vergüenza nos impide acercarnos a Dios?
Quizá este día estés pasando por un momento de esos, en donde tus mismos errores te han llevado a pensar que no mereces acercarte a Dios, que a lo mejor Dios esta avergonzado de ti o que simplemente Dios ya se canso de tus recurrentes fallos.
Al percatarme de ello, me acerque a Él, lo abrace y le dije: “Hijo te amo, nada de lo que hagas hará que te deje de amar igual”, mientras lo abrazaba el recostó su cabeza sobre mi hombro y pude sentir algo muy hermoso, segundos después, pude ver dibujada en su carita esa sonrisa tan hermosa que tiene.
Hoy Dios quiere acercarse a ti, darte un abrazo y decirte que te ama con amor eterno. No te sientas indigno, no creas que El se ha cansado de ti, el es un Padre Amoroso que siempre busca el bien para sus hijos.
Él anhela verte caminar rectamente y aun cuando hallan ciertos errores y defectos en ti, El no te ve cómo eres, sino como llegaras a ser después del proceso de transformación que ha comenzado en tu vida.
No dejes perder la bendición de estar cerca del Señor, solo porque crees que El ya se canso de ti, tampoco pienses que El te amara menos porque cometiste un error, al contrario, El quiere restaurarte y enseñarte la forma de cómo debes andar, pero para ello necesita que te acerques a Él.
Hoy te invito a que te acerques a Él, no vagues mas por el mundo o por la vida creyendo que eres demasiado malo, en lugar de ello, ven y ríndete delante del Señor, has de Jesús el Centro de tu vida y comienza a actuar de la forma que el anhela que actúes.
¿Sabes una cosa?, Dios te amo, te ama y te amara porque su amor es eterno.
Honremos ese amor eterno, acercándonos a Él y entregándole por completo nuestra vida.
Autor: Enrique Monterroza
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