Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande". (Mateo, 7:24-25-26-27)
En éstos versículos Cristo no estaba enseñando a la gente a construir casas, estaba explicando el hecho de que la gente debe edificar su vida espiritual sobre un buen fundamento o cimiento, como es el mensaje de Dios.
En ambos casos, ya sea que se edifique sobre roca o arena, Cristo nos enseña que no se trata solo de oír un consejo sabio, sino para llevarlo a la práctica y nos sea provechoso.
En la doctrina cristiana encontramos una sabia enseñanza para nuestro bien.
El seguirla o no determinará si tendremos un futuro glorioso y eterno o ningún futuro en absoluto.
Si no hacemos caso a sus consejos, nuestra vida espiritual se desplomará como una casa edificada sobre arena que hubiere sido azotada por una tormenta.
Pero si edificamos sobre un fundamento como roca, aguantaremos los duros embates de la vida.
Que esos sanos y sabios consejos sean provechosos en nuestro diario vivir, solo debemos ponerlos en práctica, como ya lo dije anteriormente.
LEONOR