Una vez escuche el testimonio de un misionero quien habia viajado para Congo, pero sentenciado a muerte por cancer tuvo que regresar a casa. Estaba esperando el dia de su muerte, no habia medicina para tratar el cancer. Nadie lo podia tratar. Un dia pidio a su mujer que sacara la cama a las afuera del hospital donde el sol iluminaba mejor, sentado comenzó a leer la Biblia. Era la Palabra en I° Pedro 2:24 "quien llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados". Sintió un golpe fuerte en su cabeza. Muchas veces habia leido este versiculo pero nunca sintio que la Palabra le tocará. Comenzó a clamar a Dios asido a la promesa de Dios. Y escuchó el susurro del Espiritu Santo "Hijo amado, la enfermedad no es una bendición sino un castigo. Yo padeci los dolores del hombre y padeci el castigo severo en el atrio de Pilato, ellos me laceraron la espalda. Cada gota de sangre que derrame fui por llevar tu debilidad y tu enfermedad. Por mi llaga eres curado". Con esta palabra del Señor comenzó a llenarse de esperanza, comenzó a confesar "yo no estoy enfermo, estoy limpio". Llamó a la mujer y le pidio un vestido nuevo y le señalo la promesa de Dios "por cuya herida fuisteis sanados". Y la mujer extrañada le contestó "es la palabra que tu has leido cientos de veces, pero por que hoy lo siente diferente". Y le contestó "es cierto que lo lei cientos de veces, pero nunca le preste atención, lo lei sin mucho interés. Pero cuando lo lei hoy, el Espiritu Santo me habló y lo recibi. Yo no soy más un hombre enfermo de cáncer. Pues, el Señor padecio por mi y estoy curado. El Señor padeció y yo debo estar curado". Aunque la mujer le impidio que saliera del hospital, rechazó y salió del hospital y no pasó mucho que recibio completa sanidad de cancer al higado. Es cierto, estando firme en la fe no debemos volver a tomar el yugo de esclavitud; por mucho que el diablo nos lleve a situaciones desesperante y nos ataque, debemos estar firmes en la promesa de Dios y resistir al diablo. Porque el Señor dice "yo tomé tus debilidades y tus heridas y mori por tí, por tanto tu debes vivir" Por cuya herida fuisteis sanado. Conforme a la promesa del Señor, debemos vivir; esto es la manera de glorificar a Dios. Pastor Yonggi Cho |