Un hombre hablaba del cielo y del infierno con el Señor.El Señor le dijo al hombre:
- Ven, te mostraré el infierno.
Entraron en un cuarto donde había un grupo de individuos sentados en torno de una gran olla de guiso.
Todos estaban famélicos, desesperados y muertos de hambre.
Cada uno tenía una cuchara que llegaba a la olla, pero todas las cucharas tenían un mango tanto más largo que su propio brazo que no podían usarla para llevarse el guiso a la boca. El sufrimiento era terrible.
-Ven, ahora te mostraré el cielo - dijo el Señor despues de un rato. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera: la olla con guiso, el grupo de personas, las mismas cucharas largas. Pero allí estaban todos felices y bien alimentados.
-No entiendo -dijo el hombre- ¿Cómo aquí están felices y en el otro cuarto estaban todos tristes , si todo es igual?
El Señor sonrió.
-Ah, es muy simple -dijo-. Aqui aprendieron a alimentarse unos a otros