Dios es Fiel y Verdadero; su fidelidad alcanza hasta las nubes. Si nosotros fuésemos infieles, Él permanece fiel porque Él no puede negarse a sí mismo.
(2 Timoteo 2:13)
Todas sus promesas son SÍ y AMÉN.
Para que entendamos la seriedad de sus palabras y la determinación de hacerla cumplir, hace la comparación con la lluvia y la nieve que cae a la tierra y la cual, después que cae es imposible que regrese al lugar de donde cayó, sino que, riega la tierra, haciendo que las semillas germinen y dé cada cual su fruto.
Nuestro Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta; lo que Él dice que hará ... lo hará. Por tanto, con tal garantía, nos resta creer, tener la certeza y la convicción de que, lo que Dios promete ... lo cumple.
Para hacer las promesas de Dios una realidad en tu vida tienes que creer que Él es y está y que es galardonador de los que le buscan.
¡Sin fe ... es imposible agradar a Dios! Hebreos 11:6.
No permitamos que la duda obstaculice el libre fluir de las bendiciones que nos aguardan.
"El que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor." Santiago 1:6-7.
"Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma." Heb. 10:38-39
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ISAIAS 55:6-13
Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al
Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y
mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no
vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
Así será mi palabra que sale de mi boca; no
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero,
y será prosperada en aquello para que la envié.
Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los
montes y los collados levantarán canción delante de vosotros,
y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.
En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga
crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal
eterna que nunca será raída