Porque separados de mi nada podeis hacer. Juan 15.5
Observen, además, que el texto no dice: "Separados de mí no podréis hacer algunas cosas grandiosas; algunos actos especiales de piedad; algunos actos elevados y supernaturales de arrojo, de abnegación y de sacrificio." No; "Separados de mí nada podéis hacer." La frase incluye, como lo perciben claramente, esos pequeños actos de gracia, -esos pequeños actos de piedad- para los que, en nuestra altiva arrogancia, pensamos que ya estamos suficientemente equipados. No pueden hacer nada; no solamente el más alto deber está más allá de su poder, sino el menor deber también. Ustedes no son capaces de hacer el menor acto de vida divina, excepto en la medida en que reciban la fuerza de Dios el Espíritu Santo.
Y, de verdad, hermanos míos, es generalmente en estas pequeñas cosas que descubrimos el alcance de nuestra debilidad. Pedro pudo caminar sobre las olas del mar, pero no pudo soportar la burla de una criada ínfima. Job pudo tolerar la pérdida de todas las cosas, pero las palabras recriminadoras de sus falsos amigos, aunque no eran más que palabras y no rompían huesos, lo llevaron a hablar mucho más amargamente que toda la sarna maligna y las ampollas que estaban en su propia piel. Jonás dijo que hacía bien en enojarse, hasta la muerte, por una calabacera. ¿No han oído a menudo que hombres valientes que han sobrevivido cientos de batallas, han muerto al final por causa del más trivial accidente? Y, ¿no ha sucedido lo mismo con cristianos que profesan? Ellos se han erguido rectamente en medio de las más duras pruebas; han sobrevivido las más arduas pugnas, y sin embargo en una hora mala, al confiar en ellos mismos, su pie ha resbalado bajo alguna ligera tentación, o debido a alguna pequeña dificultad.Spurgeon