Porque separados de mí nada podéis hacer." Juan 15:5
Consciente de esta verdad en mi propio caso, busco sinceramente la ayuda del Espíritu de Dios, tanto en la predicación como en cualquier otro ejercicio espiritual que haga, pues, separado de Él nada puedo hacer.
Dice: "Separados de mí nada podéis hacer". Absoluta y positivamente nada. Cómo, ¿no dice que si busco y me esfuerzo, si concentro todas mis energías en un solo punto, si concentro todas mis facultades en un propósito, ni aun así podría holgarlo? Si yo fuera extremadamente cuidadoso; si fuera intensamente entregado; si orara con toda sinceridad, ¿no podría entonces lograr algo, aun sin la influencia del Espíritu? Puede ser que me cueste muchas dificultades; puede ser duro remar contra la corriente; pero, ¿no podría progresar por lo menos un poquito en la cosas de Dios, sólo con mi propio poder, sin ayuda, si me esforzara al máximo? "No" -el Señor Jesús dice que-: "no; separados de mí nada podéis hacer." Puedes esforzarte como quieras, luchar como puedas; tus esfuerzos y tus luchas serían una fuerza mal aplicada; no te conducirían a progresar a tu meta: sólo te hundirían más profundamente en la ciénaga de la desesperación o de la presunción. Spurgeon