SEPTIEMBRE

DIA 02

Dios no planeó la enfermedad, ya que está vino por el pecado y la desobediencia. Dios sana o no, para bienestar del creyente. Pablo no fue sanado, pero la gracia divina es clave para crecer en la fe...

“De las 613 ordenanzas identificadas en él, unas doscientas trece están vinculadas a aspectos higiénicos y de prevención. Se trataba de evitar las epidemias, se ordenaban baños y lavamientos frecuentes, se regulaba la vida sexual, se prohibía la prostitución, se aislaba a los enfermos contagiosos, estableciéndose una cuarentena, se imponían reglas dietéticas.. Los israelitas entendían que las enfermedades se podían contagiar por el contacto con personas infectadas. El apóstol enseñó, por otra parte, que en algunos casos, una enfermedad puede llegar a un creyente a causa de un pecado cometido (1 Co.11:30) En el caso de Timoteo, le recomendó: “Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades” (1 Ti. 5:23) Santiago, por su parte, recomendó que si alguno de los creyentes está enfermo, debe llamar a “los ancianos de la iglesia”, los cuales orarán por él, “ungiéndole con aceite en el nombre del Señor” (Stg. 5:14–15)  Lockward, NDB 2003.

La enfermedad puede venir, por falta de higiene, no comer bien y por disciplina del Señor, al tomar a la ligera la Santa Cena, o no honrar su Nombre. Puede ser por contagio, por herencia, no tomar precaución, pero se puede acudir a un médico y orar porque Dios sana por medios naturales, con fe y se reserva no dar salud.

“Aún la enfermedad ayuda, como este caso: ¡Señor, te bendigo porque me permitiste ser un leproso! La enfermera, extrañada, le protestó: Pero ¿ cómo podéis dar gracias a Dios por desgracia tal? Porque por ella vine al hospital de la Misión y hallé a mi Salvador, y voy al cielo a vivir con el que tanto nos amó”. Lerin, A. 500 ilustraciones

Dele gracias a Dios y cuide su cuerpo. No juzgue al enfermo, sino anime y ayude. Ore y deje que Dios lo sane o use el médico para la Gloria de Dios y su bienestar, para ejercer fe y consolar a otros.

ORE:

Padre toma mi enfermedad para crecer y consolar al sufrido.