DIOS DISCIPLINA AL REBELDE Y PREMIA AL OBEDIENTE
Lea: Jeremías 41-44
JULIO
DIA 29
Según Jeremías 41, Johanán y todos los
capitanes de guerra advirtieron a Gedalías, gobernante de Judá en el
cautiverio, que su compañero Ismael lo iba a asesinar para usurpar su
poder; no los creyó, y hasta se opuso que Johanán acabé con Ismael,
quién asesinó en un complot hospitalario al crédulo Gedalías. Una
lectura atenta de este texto, da a conocer la diligencia de Johanán,
para reaccionar contra el mal y hacer justicia a favor de las mujeres,
niños, eunucos y el pueblo cautivo.
“Ellos le dijeron a Jeremías: Que el Señor tu Dios sea un testigo
fiel y verdadero contra nosotros, si no actuamos conforme a todo lo que
él nos ordene por medio de ti. Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos
la voz del Señor nuestro Dios, a quien te enviamos a consultar. Así, al
obedecer la voz del Señor nuestro Dios, nos irá bien” (Jeremías 42:5-6)
El profeta Jeremías fue consultado por los jefes, los líderes del
pueblo y acordaron un pacto, y colocaron al Señor como testigo de
honor, el hecho de obedecer a Dios implicaba que les iría bien. Un
creyente en Cristo, si se casa con un incrédulo, hay incoherencia y
conflictos graves, pero cuando dos creyentes se casan, hay éxito,
amor, crisis y triunfo.
“Su seguridad en sí mismos era tal que podían rechazar las palabras del
profeta, a pesar de su garantía anterior, creyendo que él era poco más
que propagandista de Babilonia. Su oración visiblemente era insincera
por completo cuando la respuesta no fue lo que ellos querían. De ese
modo merecieron el epíteto de soberbios, ya que se colocaban por encima
de la Palabra de Dios. Jeremías llevado a Egipto por presión de
sus compañeros o por su propia voluntad, continuo su ministerio de
advertencia allí”. (Guthrie NCB 1985)
Dios no podía pasar por alto la rebeldía a su Palabra por eso la
sanción: “Incendiará los templos de los dioses de Egipto; los quemará,
y los llevará cautivos. Limpiará la tierra de Egipto...”. Quien rechaza
el plan de salvación de Dios, cae en esta advertencia: “pero el que se
niega a creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está
sobre él” (Jn 3:36)
Según Jer.44 “habían quemado incienso a la “diosa del cielo” y por
tanto la ira de Yahvé había caído sobre Judá. El castigo de la
idolatría está en que al fin un remanente escaparía para comprobar que
palabra permanecería en pie: la casa de Dios o la de ellos; como una
señal, aún Faraón, cuya protección ellos habían buscado, caería en mano
de sus enemigos. Argüían que, en la época anterior a la reforma de
Josías cuando ellos adoraban a Astoret, les había sonreído la fortuna;
desde entonces el desastre cubrió la tierra. Era la ira de la “Gran
Madre”. Para Jeremías era la obra disciplinaria de Dios. Con este
capítulo también termina la biografía de Jeremías hecha por Baruc”.
(Guthrie Op.Cit.)
Hoy obedezca a Dios para que le vaya bien. Ore por este Ministerio...
ORE:
Padre, reprende al que desobedece tu voz y guíame a obedecerte.
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