| [.x.Regulus de Leo.x.] |

[offrol: ¿Porque en el IV y no en el V? ¬ ¬]

"Los buenos guerreros hacen que sus adversarios vengan a ellos, y de ningun modo se dejan atraer lejos de su fortaleza."

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Una claridad inquietante comienza a dispersar las sombras que en el horizonte se amontonan, y en la lividez del paisaje parece adivinarse la exquisita silueta de un gallardo caballero, que avanza entre los grandes pilares de un mausoleo de aroma a muerte: Es el Leon Dorado del quinto templo. Magnanimo Caballero Dorado, que con una mil veces infinita paciencia camina parsimoniosa con la elegancia del Rey Felino. Los metales en él brillan como el oro, y de piedra preciosa las rocas que se engarzan en su casco. Jovial leon, de patricia silueta; bello muchacho, de piel blanca como el alabastro, y unos labios esculpidos, que como el marfil son sensuales y elegantes. Una mirada centegeante domina sobre sus ojos, como los rubies que brillan intensos como el fuego; y aquellos eran sin duda los orbes del Leon Inmortal de Nemea.-

¡Alto ahi! Ni un paso mas daras si aprecias tu vida.- Su voz grave; cual poderoso rugido, se dejo escuchar, mientras una escencia tan mitica y brillnte como es el cosmos se encendio tan brillante como el astro rey. Aquella esencia unica que proviene de los poros de aquel garboso caballero de castaña melena leonina.- Regresa por donde haz venido, y perdonare tu vida. Insiste en tu camino, y encontraras la muerte.- Lanzo una pronta advertencia.

"Los buenos guerreros hacen que sus adversarios vengan a ellos, y de ningun modo se dejan atraer lejos de su fortaleza."

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El dorado caballero: Inmortal Leon de Nemea, solo respondio con una burda sonrisa a las amenazadoras palabras del Dios Guerrero de Merak Beta. Asi como en su Infausto enemigo, él se mostraba imperrito, emanando una energia que dispersaba la oscuridad del partenon de la muerte; templo sagrado de cancer. Una energia dorada, tan terrible que destruia atomos a su alrededor; escencia cosmica. Paso tras paso, imponentes y sonoros, Regulus no parecia tener la intencion de retroceder, sino como el Leon que se dirige a la batalla, marca de forma imperial siempre al frente. Mirando al indiscrepante intruso con esos fieros ojos de felino.- Si es esa tu voluntad, que asi sea. Solo haz venido a encontrar la muerte aqui.- 

Fue en ese momento que un rayo cayo del cielo, iluminando aun mas con su centella cada oscuro rincon del partenon de enormes pilares que parecen crecer hasta el infinito mismo del cielo. Y el trueno fue como el potente rugido de un leon, que se hace notar marcando su territorio. Parsimonioso, simplemente avanza con pasos tan sublimes que en cualquier momento pareciera que el piso a sus pies se partira ante el tacon de su armadura. Parte de esa energia cosmica se centra sobre su diestra mano, que sagaz se convierte en un sublime puño, desprendiendo eones y hermosas estelas de luz dorada. Una intensa energia radiante, que parece querer hacer explosion.- Mi nombre es Regulus de Leo...y juro por la Diosa que de esta casa de Cancer no podras pasar...!Asi que adelante!-

"Los buenos guerreros hacen que sus adversarios vengan a ellos, y de ningun modo se dejan atraer lejos de su fortaleza."

| [.x.Regulus de Leo.x.] |

Ya no habria mas palabras por parte del Dorado felino, quien sello sus labios en una sonrisa burda y llena de seguridad. Y sin embargo, en su gesto imperaba tambien un dejo de insatisfaccion y melancolia, en un joven que tiene las manos manchadas con mas sangre de la que jamas podra lavarse. Y esos ojos, incapaces de comprender el corazon de sus oponentes, solo se dedicaron a observar con agudeza al Infausto invasor. Sus pupilas se convirtieron en afiladas lunas menguantes; tal como las de un felino acechando.

La brisa helada se convertia en fino rocio, cuando era alcanzada por la intensidad cosmica que se despliega del luminiscente caballero. Un aura dorada, benevolente y hermosa, ilidicas llamas perfectas en hermosura. Un fuego interno que rebordea en su manto la imagen del guardian. Y su efigie, que ahora brilla tanto como un sol de medio dia, en un templo de aroma a muerte. Sus pasos se detubieron. Y ahi, en el centro mismo del partenon canceriano, cual mitico heroe se mantuvo erguido en medio del camino. Bloqueando el paso mas alla del umbral de la cuarta casa.

Su cosmos nuevamente se desplego, para crecer un poco mas de lo que habia hecho, y concentrarse alla en el puño de su diestra mano, que ahora brillava con una mayor intensidad que el resto de su cuerpo. Y como si contuviera una gran estrella dentro de su puño, la luz que se escapa entre sus nudillos comenzo a pulsar, con la intensidad de los latidos de un valeroso corazon.- Este no es lugar para ti...- Pronto advirtio, esperando cordura en el Asgardiano, pero sabia que aquello no sucederia. Y lleno de tristeza, el Leon por fin mostro sus garras y colmillos.

Cada musculo en su cuerpo se tenso, y la adrenalin recorrio cada particula de su ser. Aquella era la sensacion del ardiente combate, que se desplegaba sobre su ser en una hermosa corriente electrica, donde atomos de luz se desprendian de su cuerpo. Sus piernas se separaron, para asi poder afirmarse valorsamente sobre el piso. Y con un rapido revez de su siniestro brazo, lanzo una pequeña y fina rafaga dorada al Dios Guerrero.

Como una hermosa estrella fugaz que se desprender del infinito, surco los aires con una innigualable y bella celeridad. Cortando; rompiendo, superando la velocidad del sonido, produciendo un trueno resonante. tan agresivo y vibrante como el rugido de un leon en bravecido. Una hermosa rafaga, que se lanza con todo su explendor, para intentar alcanzar el pecho del Dios guerrero. Una rafaga que parecia latir en resonancia gemela, con aquella que domina sobre su mano derecha; aquella que crece y crece en poder y energia.

"Los buenos guerreros hacen que sus adversarios vengan a ellos, y de ningun modo se dejan atraer lejos de su fortaleza."

Atentamente
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Taurus No Hasgard // El muro de Athenas