** En un tiempo lejano, allá por las eras del mito,por los tiempos de los grandes dioses helenicos, las divinidades en toda su magnitud codiciaban gobernar sobre la tierra, hogar de los hombres. Por ello se llevaron a cabo infinidad de derramamientos de sangre entre dioses, los cuales recibian el nombre de Guerras Santas; cuentan que en ese tiempo nacieron hombres poderosos que combatian sin armas, que utilizaban la energia de su universo interior llamado cosmos y la utilizaban para combatir, su fuerza era formidable pues con un revez de su diestra eran capaces de partir el cielo, con un puntapie abrir grietas en el piso, su fuerza era capas de romper las estrellas con un estallido de su cosmos interior...A estos hombres se les dio el nombre de Santos o Caballeros los cuales lucharian en nombre de la diosa Athena entidad divina de la sabiduria y gobernante de la tierra, para resguardar la paz y la justicia sobre la que ascediaban los demas dioses.

Por ello la diosa creo un santuario a manera de cuartel o base para resguardarse ahi, bajo la proteccion de sus santos, de la maldad que amenazaba el mundo; aquel santuario se encontraba en la lejana Grecia, un lugar precioso, se podia apreciar el templo de Athena, el santuario del patriarca, y a sus pies una larga hilera de templos que resguradaban el camino hasta la diosa, en total 12, al final un templo que teia a sus pies un coliseo. Ahi terminaba el templo donde el paisaje escarpado y carente de flora predominaba, un calor abrumador y un sol en su punto mas alto no permitia la aparicion de sombras, sin nube alguna que se apiadara de la vida existente se podria pensar que nadie se atreveria a pisar esos dominios a menos que quisiera morir. Son unos pasos que acallan esta premonición, un fantasma pensarian los comunes pero el latir de un corazon denota la vida de esta presencia que por un instante detiene su caminar, un pie delante del otro yacen firmes, solo que en ellos se puede observar la belleza tiritante de un manto albino el cual cubre no solo los pies sino tambien tobillos, subia por las rodillas y terminaba a medio muslo, un opaje carmesi continua hasta que se detiene en un cinturon que al centro lleva tonalidades doradas y lo que parece ser un ruby en el centro, mas arriba un peto del mismo tono blanquecino cubre majestuoso hombros y medio torax, no solo eso tambien todo el antebrazo y manos se cubrian de esta enigmatica proteccion, en la cabeza de esta personalidad una tiara que simulaba un pegaso adornaba su craneo que se cubria por una corta cabellera castaña y ojos del mismo tono que se fijaban en el horizonte como esperando lo advenidero con suma tranquilidad... - Bien, heme aqui, que pase lo que tenga que pasar.-exclamo para si mismo con un aire de incertidumbre**