*Cielo apagado y cubierto con este eterno manto de oscuridad y maldad el cual llama a salir alas almas en pena aquellas que claman y tosigan por su castigo tan mortífero, despampanantes y brillantes se alzan pequeños haces de luz los cuales surcan todas las noches tan hermoso cielo, acompañadas por la reyna y madre de la luz nocturna la luna, quien de igual manera deja sentir su esencia, en cada destello que cubre la tierra de los dioses Grecia
Yaciendo un tanto destruido en varias partes de su estructura, tan épico era pronunciar su nombre, ya que en sus adentros había albergado tantas peleas, había visto correr tanta sangre, asi era el coliseo del santuario, un tanto desolado, con el silencio gobernando sobre todo el lugar, sus gradas aparentemente estaban un poco destruidas, la entrada en forma de U invertida esperaba la llegada de ese guerrero que debatiera su vida hay, aun asi el gobernar del silencio se prolongaría con la llegada de aquel dragón oscuro quien surcaba sus alas descendiendo de los cielos como un mas de la oscuridad, no cualquiera, solo el podía asesinarte sin tocarte, simplemente con respirar su veneno el cual ya llevaba varios minutos rrecoriendo todo el lugar cargado sobre las corrientes eólicas que se movían a su placer
Quebrando el silencio, el resonar de su botín sobre el greco mármol se dejo sentir instantáneamente, descendiendo lentamente su otro pie sus alas se mantenian abiertas, aquellas alas que tenia la forma de las de un dragon, estas eran las que se dibujaban junto a su sombra sobre el suelo del coliseo, nadie habia logrado acabar con el sin antes morir en sus manos y mas soprendete sin haberlos tocado simplemente con el olor a veneno que desprende su cuerpo, su orgullo el cual es mas grande que su poder se alimenta de cada cadaber que ve caer frente a el, aun asi solo un guerrero habia lograrlo hacerlo desistir, no cualquier, ya que ahora le rendia tributo y lo defendia con capa y espada ya que habia sido el nico en haberlo logrado vencer y hacer aquella mirada tembile una mirada de respeto
Reconozco a aquel hombre como el más poderoso mi superior ¡!!
Palabras que ah cada minuto cada segundo resonaban sobre su conciencia, los cadáveres caídos ante sus manos eran tan solo trofeos que llevaba a
su señor Radamanthys
Con su ornamenta similar a una corona incrustada de joyas y
su mirada paralizante escondida en aquel yelmo, el cual tenía la forma de la
cabeza de un dragón, sus hombreras cubriendo parte de su cuerpo, pequeños pétalos
oscuros bañados por su veneno recorrían una tras otra vez su cuerpo sin cesar
Su presencia en ese lugar no era mera casualidad, una muerte
anunciada se avecinaba ala vuelta de ese lugar, ríos de sangre correrían por
doquier, su edor y su veneno a muerte acabarían con todo aquel que tratase de
burlar su orgullo y se entrometan en su camino**