° Unos pasos retumbaron en aquel escenario, el cual estaba listo para una nueva confrontación de grandes proporciones.
Fuertes y seguidos, estos daban entender el avanzar de un ser atreves de la edificación. Su dirección era contraria al presente y su figura se mostraba como silueta alguna entra las sombras a cual se hacía despejar a medida que daba avance.
La luz de la luna, iluminaban el lugar con todo su esplendor, dando a entender la estancia pura del noche, la cual sus delgados y resplandecientes rayos iniciaban a posarse sobre la silueta, despejando las sombras de esta y mostrando al ser en avance, el cual detuvo su caminar.
En el centro de tal majestuoso escenario, se dio a relucir la presencia de un joven. El cual se destacaba por un peculiar resplandor dorado sin igual, perteneciente a un ropaje especial que portaba.
Una armadura. Esta abarcaba gran parte de su cuerpo cubriendo desde sus pies, hasta sus cuellos, con un blindado celestial, creados por los dioses. Su rostro e cabeza, estaba descubierto en su totalidad dando la oportunidad de identificar al joven.
De tez clara, cabellos castaños de gran abundancia a los lados, más no largos, sus ojos de iris verde, expresaban un sentimiento de determinación y a la vez de suma tranquilidad. Sus labios mantenían un porte de seriedad. °
-el tormento que sufres ahora…., solo es el inicio de tu eterno castigo….-
° Se expreso el joven ante el invasor. Sus palabras fueron suaves pero perfectamente audibles, el tono de esta daban entender la determinación de joven, a impedir el paso del intruso.
Unas pequeñas luces, como si fuesen luciérnaga o polvo de luz comenzaban a resplandor del cuerpo del joven. La cuales se elevaban poco a poco formando una especie de manto de energía, la cual se comenzaba a expandir en todo el lugar, aumentando más y más su rango. Como si fuese una intensa luz. La cual era cálida y pura, como si fuese el sentimiento y alma del guerrero reflejado. °
-¿estás listo para recibir el castigo que te espera?-
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