Abrigados por la proteccion del santuario, un pueblo vive no muy lejos de aquellas edificaciones que se levantan en un orden de 12, precisamente el mismo numero de las constelaciones que en la ecliptica del sol son bañadas por su luz para dar titulo y fama a los guerreros marcados con estos respectivos signos... Santos de oro fueron nombrados por el tiempo y la Diosa a la cual deben su vida, su deber y su gloria, por lo que es una verdadera groseria que en la aldea mas cercana a los templos que vigilan, maleantes sin honor se atrevan a ejercer caos por dinero o gusto...
Aetos [Lider Bandido]: ¡Vamos! ¡Que este pueblo miserable arda hasta las cenizas!
Eudor [Bandido]: Mi señor, no seria prudente causar tanto escandalo... recuerde esa leyenda que envuelve este lugar
Aetos: ¡Estupido cobarde! Si crees en toda esa fantasia de que existen personas con fuerza sobrehumana, mejor largate... lo que me sobran son seguidores
Eudor: ¿Cobarde? ¡Ja ja ja! claro que no, pero tengo una sensacion acerca de esas estructuras viejas que se ven alli, en las faldas de esa montaña
Aetos: lo unico que habita alli es polvo y quiza uno que otro tesoro. No seria mala idea echarles una ojeada un buen dia de estos
8 son el numero de rufianes que con antorcha en mano y en caballo pretenden cundir panico, sin embargo, no muy lejos de aquel lider y su subordinado un jadeo se presenta con arrogancia entre sus labios... esparciendo a lo largo y ancho una evocacion de justicia, acompañada de una fuerza casi abrumadora que va erizando cada bello en la piel del grupo asaltante
Jm Jm...
a lo unico que le daras una ojeada es a la salida de Rodorio
no hay letra en estos vocablos que este exenta de pureza y deseo por llevar paz en nombre de Atenea, cuando una figura ciertamente alta y de complexion media toma atencion... llevando una ropa adecuada a esta epoca, pero desgastada en su entrenamiento. Llamando enteramente la atencion del que encabeza esta oleada de destruccion y quien aprecia desde su corsel esa descabellada como solitaria intervencion
Aetos: Creo... creo que no escuche bien. Parece una amenaza, acaso ¿me estas amenazando pobre infeliz?
reagrupandose los 8 individuos que portan una que otra espada y el resto con armas blancas pequeñas...
No suelo amenazar, lo que han oido es una simple orden... algo que les salvara su vida
cada caballo montado no puede dar un paso mas ante una esencia que sobrepasa lo natural... y estas criaturas asi lo entienden con sus agudos sentidos, pues la persona que ha venido a limpiar el desastre ha dedicado su completa vida al arte de la batalla y al acercamiento del poder que muy oculto duerme en el corazon de todo hombre
Aetos: ¿que demonios pasa con estos animales? ¿una sola persona los asusta?
Eudor: a lo mejor mi señor, es uno de los que custodian la entrada a ese santuario... un guerrero, un soldado
Aetos: no estoy para tus idioteces en este momento. Todos, bajen y maten a ese bastardo
Lanzadose cada uno de los bandidos en una orda que intenta asesinar a un solo humano, y este que impavido observa hasta el momento de tenerlos cerca para escucharse 4, 5 y 6 golpes de manera seca y brutal, mientras los cuerpos de los mismos quedan un par de segundos de pie, cayendo luego sin conciencia
Basta de tanta charla... ven y observa la fuerza que poseen mis brazos, puesto que la energia que reside en ellos es capaz de pulverizar la galaxia
Eudor: Se... ¡se lo dije! es mejor huir mi señor
Aetos: ¿Galaxia? ¿Huir? Sin duda son unos dementes
bajandose en un salto que lo deja a una escasa distancia de su enemigo, conforme desenfunda una espada aparentemente liviana y con adornos propios de un buen filo... de una buena arma que ahora es empuñada en contra de la reencarnacion de Castor...
Aetos: Antes de que corte tu cabeza, quiero oir el nombre que pondre en tu epitafio
no obstante, el silencio es la unica respuesta que obtiene, conduciendolo entonces a la ira por ver semejante soberbia y confianza en un solo individuo. Arrojandose rapidamente con mas estilo que los que ya cayeron, revelando los dotes que lo han puesto como el lider y abanderado de los cuatreros...
Mi nombre es...
pero alli asevera este misterioso personaje tan pronto como observa a su rival en frente, empuñando la espada en un movimiento cortante hacia su cuerpo que, en reaccion, antepone su palma para sujetar el brazo que sostiene la espada, sin que esta llegue siquiera a rosarlo
¡Saga!
susurra en sus oidos ya que la cercania es obvia, tanto como la siguiente accion en donde lleva su cabeza atras otorgandole potencia para que la misma se vaya en contra de la de Aetos, augurando un violento impacto de su frente contra la de el... transcuriendo un breve momento para apreciar el rostro del forajido sin color en sus pupilas, como si el choque hubiera causado daños internos graves y posteriormente, la caida de este enemigo que sembraba miedo en la aldea
ahora, creo que es tu turno...
murmura tras llevar su mirada pulcra pero agresiva hacia la ubicacion de Eudor, el ultimo de los bandidos que queda de pie, y quien se lanza a correr en direccion contraria de la presencia de Saga, llevando gritos de terror por lo que acaba de mirar puesto que una persona, a priori ordinaria, ha acabado con la amenaza y reducido a un grupo de 8 hombres armados.
No se requiere entonces el agradecimiento y emprende marcha hacia el primero de los templos, buscando refugiarse en la tercera casa... aquella que resplandece con la luz de Geminis a lo alto del oscuro firmamento.
Postulante 2 Saga
Scions of Cosmos